Las grietas en los muros de la cabecera de la iglesia de Quintanar de la Sierra han reaparecido años después de un arreglo que los técnicos consideran que fue «incorrecto» y meramente cosmético, ya que «únicamente consiguió, temporalmente, la ocultación de una patología» que no ha hecho sino agravarse por el problema de cimentación existente, que prolonga y ensancha las fisuras.

El templo se levantó en 1630 sobre los restos de otro visigodo y está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Las enormes grietas, que se sellaron con mortero de cemento para que no se vieran desde el exterior, se han reproducido en el ángulo noroeste de la iglesia, tanto fuera como dentro, en la zona de la sacristía. En el contrafuerte que une esta con el resto de la iglesia se ha partido incluso algún sillar.

El Ayuntamiento ha obtenido una subvención de la Diputación y prevé licitar ya el proyecto de reparación, presupuestado inicialmente en 59.406,51 euros, para que las obras comiencen con urgencia. Será necesario consolidar la cimentación del edificio y reforzar el terreno de asiento con inyecciones de resina expansiva, para después acometer un picado y saneado de las grietas que permita retirar la capa de mortero de cemento, material«perjudicial para los muros» y graparlas antes de sellarlas con mortero de cal.

Hace dos años se taparon con mortero de cemento, remedio «cosmético» e inútil. - Foto: F2 Estudio

El arquitecto redactor del proyecto apunta algunas posibles causas que explicarían la perdida de la consistencia del terreno, como puede ser la desecación de la tierra por periodos de sequía o por árboles cuyas raíces absorban el agua, la alteración del nivel freático, el aumento de la carga del terreno, las excavaciones o vibraciones cercanas o una combinación de varios de estos factores.