La diócesis percibe unos 300.000 euros al año en herencias

Angélica González
-

Lo donado ha llegado a suponer algún año cerca del 9% de sus ingresos totales. Dinero en efectivo, media docena de inmuebles y algunas fincas rústicas suman 3.079.496 euros obtenidos desde 2011 hasta ahora, cantidad por la que no ha pagado impuestos

La diócesis percibe unos 300.000 euros al año en herencias - Foto: Alberto Rodrigo

Es una posibilidad que está al alcance de cualquiera y que en la última década ha sido utilizada por algo más de medio centenar de burgaleses: dejar en el testamento dinero o inmuebles para el uso y disfrute de la Iglesia Católica. Así, las herencias y legados que la diócesis de Burgos ha recibido desde 2011 hasta ahora le ha supuesto una media de 300.000 euros anuales. Según las cifras aportadas por su área económica, el dinero total recibido en estos diez años por tal concepto asciende a 3.079.496,36 euros, que incluyen media docena de inmuebles en diferentes puntos de la ciudad y algunas fincas rústicas. Por nada de esto la iglesia burgalesa ha tributado ni un euro ya que, como se sabe, la institución está exenta de pagar impuestos de sucesiones.

«Es algo importante que valoramos porque, más allá del dinero, significa que la persona se identifica con la Iglesia y que quiere seguir colaborando con ella más allá de su propia vida. ¿Cómo fuente de financiación? Pues también es significativa y dentro de las formas de colaborar con la Iglesia es importante. Con tres millones de euros se pueden hacer muchas cosas», reflexiona el ecónomo de la diócesis, Vicente Rebollo, que ve como un esfuerzo más en el ámbito de la transparencia dar a conocer estos datos, que nunca antes habían hecho públicos.

Estos más de tres millones de euros suponen el 3,53% de los ingresos que ha obtenido la Iglesia en toda la década en su conjunto, aunque en algunos años el porcentaje se ha acercado al 10%. Así, 2019 fue el ejercicio en el que se ingresó la cantidad más alta, 946.373,20 euros, lo que significó el 8,33% del total que recibió la diócesis por todos los conceptos. En 2016, la cifra superó los 660.000 euros y en 2018, los 570.000. Los años más ‘flojos’ fueron 2014, con 24.210 euros, y 2013, con 60.877. En total, en todo este tiempo se han recibido 53 legados tanto de miembros del clero y religiosos como de seglares, que han sido generosos de forma muy parecida con la diócesis burgalesa. De hecho, la cantidad donada por los primeros (1.631.349,88 euros) es solo un poco mayor -183.000 euros -que la de los segundos (1.448.146,48), que según el ecónomo, normalmente ya en vida tenían una cuota de aportación económica para la Iglesia. «El Código de Derecho Canónico nos pide a los curas que los bienes que uno recibe durante su vida de la Iglesia pues al final retornen a la Iglesia. No es un mandato como tal pero lo normal es que aquel que ha recibido un dinero por ejercer un ministerio que luego lo devuelva para que sirva para otros. No se puede decir que lo haga el cien por cien de los sacerdotes pero sí una gran mayoría», añade Rebollo, que precisa que en estas cifras no están incluidos los legados que reciben las parroquias de forma particular.

En la mayor parte de las herencias se indica muy claramente cuál es el destino que la persona quiere que se le dé a ese dinero y, así, en función de adónde han ido los fondos recibidos, la diócesis los ha dividido en cinco áreas: la que más cantidad ha obtenido es la que denomina Rebollo ‘fines sociales’, que desde 2011 ha obtenido 1.171.957,01 euros. Aquí se engloba tanto lo que va destinado a Cáritas, que suele ser la ONG más elegida, como a la Casa Sacerdotal, una residencia ubicada en el Paseo de los Cubos donde pasan sus últimos años los curas mayores.

 

(Más información en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)