Seis operarios y una grúa han sido necesarios para montar la escultura monumental de Jorge Marín que permanecerá seis meses en la plaza de Santa María. Después de tres horas de montaje, las 'Alas de México' lucen ya dispuestas a coger el vuelo de quien quiera subir los tres escalones para fotografiarse con el templo gótico de fondo. La pieza de bronce del artista mexicano ha llegado a la ciudad de la mano de la fundación que lleva el nombre del artista y el Ayuntamiento de Burgos, con motivo de los 800 años de al Catedral. El arte contemporáneo en el espacio público convive y dialoga así con una obra también monumental, como es un templo gótico que es Patrimonio Mundial. “Proponemos un escenario para el encuentro, una invitación al movimiento y a la libertad. Nuestro principal interés es la interacción con la comunidad, canalizada mediante el arte como herramienta de inclusión, al servicio de la sociedad”, ha comentado Elena Catalán, directora de la Fundación Jorge Marín.

Durante la colocación de la obra, la propia Catalán ha manifestado lo que el equipo siente cada vez que se ubica esta pieza itinerante en algún espacio público: "El montaje y el desmontaje es casi una ceremonia con implicación emocional. Ayer la retiramos de Toledo, donde ha estado diez meses, y sentimos emoción y tristeza porque los ciudadanos durante este tiempo la han hecho suya. Se trata de un gran puzle que viene perfectamente encajado y en el que de media tardamos entre 3 y 4 horas. Las primeras de manera permanente que montamos fuera de México fueron en Tel Aviv y tardamos 8 horas. Pero después de 8 años desde el primer montaje lo hemos agilizado".

'Alas de México' ya está al alcance de todos los que quieran contemplarla. La fundación y el Ayuntamiento prevén realizar talleres y actividades alrededor y sobre la pieza, entre ellas un concurso de fotografía. Su inauguración oficial será el jueves, a las 11 de la mañana.