Como sucediera en el lunes pasado en el arranque del curso 2020-2021 en las etapas de Infantil y Primaria, los institutos y centros concertados se llenaron ayer de bullicio después de que tuvieran que cerrar sus puertas como consecuencia de la alerta sanitaria hace seis meses.
Sin embargo, los estudiantes de Secundaria, Bachillerato y segundo curso de Formación Profesional Grado Superior y de Artes Plásticas y Diseño se encontraron unos centros y unas normas muy diferentes a las que dejaron el 13 de marzo. Obligatoriedad de llevar mascarilla y de usar gel hidroalcohólico, horarios escalonados para las entradas, salidas y recreos, señales para circular por pasillos y escaleras o más grupos por curso. También los equipos directivos y los profesores han tenido que trabajar sin descanso para conseguir sacar espacios y habilitar nuevas aulas y estar preparados para impartir docencia online en el caso de que se decrete otra alerta sanitaria y no se puedan impartir clases presenciales.
En la anterior cada centro y cada docente hizo lo que pudo para mantener el contacto con sus alumnos vía telemática pero ahora no quieren que esto suceda hasta el punto de poder impartir la clase con normalidad pero ayudados por las nuevas tecnologías. «Es un desafío y nos hemos puesto las pilas. Hemos dado de alta a los alumnos en el aula virtual y la plataforma Moodle. Hemos articulado clases virtuales (teams) para situaciones de contingencia por alerta sanitaria o confinamiento de una clase», aseguró la directora del IES Cardenal López de Mendoza, Mari Luz García Parra.
El bullicio volvió a los alrededores del Diego Porcelos. - Foto: Jesús J. MatíasSe trata de uno de los institutos más grandes de la ciudad, lo que hace más difícil la organización. Cuenta con 8 grupos en primer curso de Secundaria (dos más de los previstos), 7 grupos de segundo, 7 de tercero (uno más), 8 de cuarto y 4 grupos de Bachillerato y 120 docentes (algunos sin jornada completa). «Tenemos ocho grupos más que el año pasado, además de los desdobles para las asignaturas optativas. De modo, que hemos tenido que ganar 8 espacios nuevos quitando aulas específicas (música, dibujo, tecnología) e, incluso, habilitando la biblioteca al no poder usar la Escuela de Relaciones Laborales. Además, se necesitan más profesores para tener ratios entre 20 y 25 alumnos por clase».
(Información completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes)