La explotación de la cantera de Poza se aplaza hasta 2022

S.F.L.
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El promotor, Pablo Martínez, todavía espera a que el Servicio de Minas le conceda el permiso para iniciar la investigación, un trámite que en países «como Portugal se ejecuta en 24 horas»

El subsuelo donde pretenden llevar a cabo la explotación minera Piedra de Poza pertenece al Estado. - Foto: Patricia

«Este año solo pido a los Reyes Magos que me traigan el permiso que necesito de la Jefatura de Minas para comenzar la investigación en la explotación minera de piedra caliza en el Páramo de Masa», bromea Pablo Martínez del Río, promotor de la futura cantera Piedra de Poza, que muy a su pesar no podrá ponerse en marcha hasta «bien entrado el 2022». Una espera demasiado larga si se tiene en cuenta que el burgalés entregó toda la documentación requerida para obtener las correspondientes licencias en agosto del pasado año.

Medio Ambiente dio el visto bueno al proyecto en febrero pero con la llegada de la covid-19 los trámites burocráticos se ralentizaron. El empresario asegura que no han insistido en exceso porque la situación ha estado y continúa complicada para todos pero «en agosto me comunicaron que únicamente faltaba la firma del delegado, que sigue sin llegar. Aunque tengo fe en que para primavera podamos comenzar a trabajar», declara. «Se trata de  un mero procedimiento que en otros países como Portugal se ejecuta en 24 horas», añade.

Así, las cinco perforaciones de unos veinte metros de profundidad que se realizarán a lo largo del páramo continúan estancadas, un estudio fundamental cuyo objetivo  se centrará en distintos recursos de piedra natural para la construcción, como rocas carbonatadas ornamentales y otras sedimentarias existentes en el área. Sin embargo, y al ver que el proceso ha quedado paralizado, Martínez propuso a la Jefatura de Minas llevar a cabo otra clase de trabajo que no implica la excavación sino que simplemente se necesita colocar unos cables de cien metros en el suelo y ejecutar una prueba radiológica. «Tampoco tuvimos suerte y nos rechazaron la idea», afirma apenado el hombre. No obstante, con dichas labores los resultados obtenidos no son tan precisos como con los agujeros. 

«Solo así conoceré si los materiales ubicados abajo son macizos, estratificados o existen huecos», manifiesta. Asimismo, el promotor considera que para obtener unos datos más fiables no bastará con investigar solo en cinco perforaciones y casi con seguridad deberá excavar otras seis o siete. Esta decisión no alterará en demasía los plazos que Martínez se ha marcado ya que es consciente de que «una vez obtenidos los primeros todo lo demás va seguido». La profundidad también será de 20 metros, la mínima exigida, y según el empresario «no solo porque cuanto más se baja más se paga sino porque en teoría dicen que si lo de arriba es malo lo de abajo es peor». 

Pese a que desconocer lo que se encontrará bajo tierra Pablo Martínez del Río confiesa que tiene alguna idea ya que este proyecto lo tuvo en investigación minera hace treinta años. Finalmente lo dejaron aparcado porque tenían demasiada carga de trabajo y requerían de tiempo para buscar los lugares adecuados porque la superficie de la que disponían era mayor a la de ahora. «También recuerdo que tuvimos un encontronazo de intereses con una asociación», expone.

localidades en contra. La futura explotación minera ha levantado ampollas en las localidades aledañas a la zona a investigar y algunos de sus regidores y vecinos se muestran totalmente en contra de la explotación e ignoran como se desarrollan los acontecimientos.  

Ante la desconfianza del proyecto el promotor insiste en que las técnicas de explotación de una cantera de piedra natural resultan «las más ecológicos posibles y provocan un impacto ambiental nulo». Se mantiene seguro de lo que hace y confía que aunque la actividad se vea retrasada «no se trata de una urgencia vital y esperará el tiempo que haga falta» para llevar a cabo su plan.