Las indemnizaciones agrarias se reducen un 70 por ciento

P. Velasco
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El seguro agrario afronta pagos por valor de 70 millones de euros en Castilla y León, principalmente destinados a abonar los daños sufridos en cultivos herbáceos extensivos

Imagen de un campo de viñedos anegados por el agua tras un episodio de fuertes lluvias - Foto: Rubén Serrallé

El campo castellano y leonés afrontó el año pasado el segundo peor respecto a las indemnizaciones agrarias y encadena así dos ejercicios consecutivos de siniestralidad récord. El pedrisco y las heladas causaron la mayor parte de los daños y Agroseguro abonó durante 2018 un total de 70.189.617 euros a los agricultores y ganaderos de la Comunidad, que comunicaron un total de 313.463 siniestros.

Pese a ser el segundo peor año en lo que respecto a siniestralidad en el campo, las indemnizaciones se redujeron un tercio con respecto a 2017, ejercicio en el que batieron su récord histórico superando casi los 237 millones de euros. La cifra de 2018 se acerca a la registrada en 2012, cuando se pagaron 69,25 millones de euros en indemnizaciones y multiplicó por seis lo abonado en 2016.

A nivel nacional, el ejercicio 2018 ha sido el segundo de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario, con más de 755 millones de euros. La superficie total siniestrada alcanza 1,4 millones de hectáreas, la mitad por pedrisco, que causó daños por 300 millones de euros.

La peor parte en la Comunidad, según los datos facilitados a este periódico por Agroseguro, se la han llevado los cultivos herbáceos extensivos -trigo, cebada, avena, centeno, leguminosas, maíz, girasol y arroz- donde los pagos alcanzaron los 35 millones de euros, aunque durante 2017 solo en este apartado tuvieron que abonar más de 159 millones de euros.

A estos daños se añaden las indemnizaciones en el caso de uva de vino, donde se registraron más de 1.989 siniestros por valor de 9.361.469 euros. Las heladas que se produjeron durante el mes de mayo, así como la actividad tormentosa del mes de julio y los pedriscos que hubo en agosto fueron las causas de la mayoría de los daños.

En concreto, desde Agroseguro destacaron la helada que se produjo el 13 de mayo de 2018 que afectó a la Ribera del Duero y que se produjo en un momento de desarrollo de la viña muy variable, pero que en general había iniciado la brotación, lo que situaba al viñedo en un momento extremadamente sensible al frío, siendo el principal efecto la desecación o muerte de la yema. En total se recibieron siniestros por una superficie de 9.455 hectáreas en la Comunidad. A esto se añaden los daños provocados por pedriscos, con un total de 4.789 hectáreas afectadas en Castilla y León durante el año pasado.

Cultivos herbáceos.

En general, las lluvias fueron muy beneficiosas para el desarrollo de los cereales de invierno y la mayor parte de los daños en estos cultivos fueron por riesgos cubiertos a nivel de la parcela como pedrisco, fauna o inundación, por lo que los peligros de la sequía se alejaron tras un año 2017 con récord histórico de siniestros por esta causa.

En este caso, a lo largo de los meses de verano se notificaron siniestros de pedrisco en cereales de primavera, como el maíz, y en cultivos oleaginosos como el girasol. A esto hay que sumar siniestros por no implantación en colza y por la no nascencia en cereales, pero de importancia muy limitada que se detectaron en los meses de noviembre y diciembre, como explicaron desde Agroseguro. En total, en Castilla yLeón se declararon 370.659 hectáreas afectadas de cultivos herbáceos.

Durante el año pasado, la Junta de Castilla y León reforzó su apoyo a a los seguros agrarios a través de una convocatoria de ayudas por importe de 8,1 millones de euros, lo que supone triplicar la cuantía concedida hace tres años y en la que además se simplificaban los trámite administrativos gracias al convenio firmado entre la Administración autonómica y Agroseguro.