Duelo fratricida por Madrid

Agencias
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Casado, sin pronunciarse directamente, coloca a Almeida en la batalla con Ayuso por el liderazgo de la formación autonómica

El alcalde de la capital, la presidenta madrileña y el líder del PP siempre han mostrado buena sintonía. - Foto: DAVID MUDARRA

El futuro del PP madrileño se está convirtiendo en un rompecabezas. El anuncio de la candidatura de Isabel Díaz Ayuso se ha encontrado con el desmarque de su líder, Pablo Casado, que, sin posicionarse, ha introducido en la pugna por el control del partido al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que por primera vez no descarta competir. La ecuación del PP autonómico tiene dos variables. Siempre las ha tenido. La Comunidad y el Ayuntamiento de la capital son dos plazas clave para la política nacional, y la repercusión de sus ocupantes está asegurada. Por eso, el de Madrid es un partido con dos rostros visibles.

Casado, que se conoce la formación regional de pé a pá, se lo recordó la pasada semana a los dos protagonistas, «dos militantes muy cualificados» que «saben» que van a tener «mucho peso» en la elección del nuevo liderazgo. Un proceso en el que -completó su desmarque- él no va a participar.

De esta manera, parece que Génova ha terminado de virar su posición. En junio, tras la contundente victoria electoral de Ayuso, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, expresó un respaldo claro a la baronesa: «Si yo fuera afiliado, lógicamente mi total apoyo a la presidenta». Sin embargo, tras el paso adelante de la dirigente, el número dos de la formación matizó su posición y buscó posponer un debate que, reitera la dirección, «no toca».

Egea ha ido después un paso más allá y en varias entrevistas se ha abonado a la llamada tercera vía. Argumenta que en Madrid ha habido muchos modelos y el actual, con Pío García Escudero al frente y los dos pesos pesados concentrados en sus Gobiernos, «funciona».

El alcalde de Madrid era hasta ahora el principal valedor de esta fórmula, que rige desde 2018, cuando Génova nombró a García Escudero tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Sin embargo, Martínez-Almeida ha pasado a no descartar su propia candidatura, señalando que «las decisiones se tomarán cuando se acerque el congreso regional».

Aunque crecen los obstáculos a los planes de Díaz Ayuso, la anomalía dentro de su partido es que ella no presida el PP de Madrid. El resto de los presidentes autonómicos del PP sí lideran en sus territorios. Pero, salvo quizá Núñez Feijóo, ninguno tiene el carisma de la baronesa, que le hace copar las portadas, un riesgo para Casado, a quien la presidenta podría hacer sombra, un temor que Génova niega. Ambos dirigentes han exhibido en múltiples ocasiones su longeva amistad, lo que no ha impedido que afloren tiranteces entre sus equipos.

Su liderazgo también puede dejar fuera de foco a Martínez-Almeida, que desde el pasado verano es también portavoz nacional del partido, una posición que a menudo le dificulta centrar sus mensajes en su propia gestión.

Sin embargo, cuando la formación madrileña vive un momento dulce, una pugna por el poder entre quienes fueron las dos apuestas personales de Casado entraña riesgos evidentes. Solo hay que mirar al pasado, a 2004, cuando el alcalde Alberto Ruiz Gallardón lanzó a su sucesora en la Comunidad, Esperanza Aguirre, un órdago que terminó en derrota. 

Entonces, los dos pesos pesados de Madrid exhibían sus diferencias ideológicas, que en este caso son coincidencias porque Casado, Ayuso y Almeida comparten cuna y posiciones políticas y han sido testigos de choques como el que podría generar, si no lo evitan, el congreso del PP de Madrid.