Las 'sobras' más solidarias

L.M.
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El bar Marmaca, en Venerables, ofrece a los burgaleses más necesitados pinchos y bocatas que no han vendido en el día. Lo anunciaron en Twitter y ha tenido una enorme repercusión

Rocío Díaz no se esperaba que su publicación en Twitter, anunciando el gesto tan solidario, se fuera a hacer viral en tan pocas horas. - Foto: Jesús J. Matías

Se trata de una práctica habitual y aceptada en la inmensa mayoría de hoteles, bares, restaurantes, supermercados, tiendas e incluso en los propios hogares. A última hora del día, o cuando un producto destinado al consumo humano está próximo a caducar -o su fecha directamente se ha sobrepasado- los contenedores de basura orgánica más próximos a estos negocios o inmuebles se llenan de alimentos. Según datos del Ministerio de Agricultura, cada año los españoles desperdiciamos 7,7 millones de toneladas; el principal foco viene de las casas, donde los desechos suponen el 42% del total, en la fase de fabricación el 39%, en la restauración el 14% y en la distribución el 5%. Sin embargo, aún quedan pequeños establecimientos donde ven esto como un sacrilegio y se han puesto manos a la obra.

El bar Marmaca, en la calle Venerables, es un claro ejemplo de ello. Su dueña, María del Carmen Espiga, lo lleva cumpliendo desde hace más de una década. "Siempre lo hemos hecho a última hora, especialmente con gente de alrededor. Hay personas que ya lo saben, y sobre las 10 y 11 de la noche se acercan por si ha sobrado un pincho o un sándwich", admitía. Desde hace seis meses tiene como compañera a Rocío Díaz, una joven estudiante que el pasado jueves por la noche, cuando salió a tirar la basura, se topó con un burgalés en apuros. "Estaba rebuscando entre los contenedores y le ofrecí un par de bocadillos que nos habían sobrado", apuntaba Díaz. Marcada por el hecho, decidió compartir la vivencia en su perfil de Twitter, donde apenas sumaba unos cientos de seguidores. "No me esperaba tal reacción, mucha gente nos ha dado las gracias y ha asegurado que van a venir a tomarse un café al bar", afirmaba sorprendida menos de 24 horas después.

Gran impacto en redes. Al día siguiente por la mañana tenía examen, y a la obligación de controlar los nervios por la prueba tuvo que sumarle las constantes notificaciones que le enviaba la aplicación del móvil. El mensaje ya acumula más de 12.400 retuits (veces compartido) y 13.200 me gusta (marcado como favorito). "He tenido que silenciarlo y todo, no pretendía llegar a tanta gente, pero mira tú el impacto...", indicaba Díaz, que incluso ha 'candado' su cuenta de Twitter.

Muchos de los clientes habituales que toman cada mañana el café o el pincho de tortilla confesaban que habían visto el tuit en las redes, y todos compartían y alababan el solidario y altruista gesto de Espiga y Díaz, que nunca habían hecho alarde de ello ni lo habían anunciado en el exterior del bar. 

"Siempre que sobran pinchos a última hora del día los suelo poner con las consumiciones, pero si aun así nos quedamos con alguno sin vender al cierre no tenemos problema en dárselo a quien lo necesite", apuntaba Díaz, que calcula que ha podido ayudar desde inicios de verano a 5 o 6 personas.