En apenas nueve meses, el Hereda San Pablo ha pasado de conquistar su segunda Basketball Champions League a pelear por no caer eliminado a las primeras de cambio. Una realidad difícil de encajar para el vigente bicampeón de Europa, que ya ha agotado su margen de maniobra en esta edición y jugará hoy un duelo a vida o muerte contra el Darussafaka en el Coliseum (20.30 horas).

El compromiso contra los turcos, que servirá como desempate de la eliminatoria de repesca, es un ejercicio de pura supervivencia porque solo el ganador pasará a la segunda ronda del torneo. El perdedor acabará su aventura europea esta campaña en pleno mes de enero y eso no se lo puede permitir el San Pablo, cuyo nuevo proyecto  apuntaba a cotas más altas. Sin embargo, los continuos cambios en el banquillo y en la plantilla, la mala adaptación de algunos fichajes y el pobre rendimiento de jugadores clave le han abocado a una situación límite.

Llegados a este punto, la mejor noticia para los castellanos es que se la jugarán ante su público, que solo podrá llenar las gradas del Coliseum hasta el 50% del aforo, el máximo permitido por la pandemia. Al calor de su afición, se han mostrado como un bloque históricamente muy fiable. Así lo reflejan las 16 victorias logradas en 18 partidos disputados como locales durante las tres últimas ediciones de la Champions (...).

(Previa completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este jueves o aquí)