Como los que resisten a la pandemia, los jóvenes músicos Cesáreo Muñoz, Unai Celaya y Guillermo Martínez han resistido ya un año en la pequeña localidad de Villalacre, adonde llegaron en septiembre del año pasado en busca de silencio, concentración y un lugar donde iniciar su proyecto "independiente", alejado de los canales más habituales para la difusión de la música clásica. Querían llevar al medio rural formatos cortos de música clásica o adaptaciones de otros géneros que se transforman con su piano, su chelo y su violín, aderezados de genialidad, y han logrado hacerse un hueco en la comarca, a pesar de que la pandemia ha roto la que prometía ser una rápida trayectoria.
Su primer concierto en el Ateneo Café Universal de Medina de Pomar fue un éxito. Hubo que repetir y otra vez se quedó pequeña la sala para escucharles, a pesar de que el crudo invierno ya había helado las calles de la comarca. Llegó el estado de alarma y ya no pudo ser el gastroconcierto que habían planeado para marzo con picoteo incluido. Pero si han tocado en el medinés Santuario de Nuestra Señora del Rosario este agosto y en la parroquia de Trespaderne. Allí han comprobado que ante las limitaciones de aforo, la amplitud de los templos los convierte en continentes de lujo para sus creaciones.
También siguen pensando en el formato más privado y acaban de solicitar al Ayuntamiento de la Junta de Traslaloma los preceptivos permisos para convertir el salón de la casa familiar de Unai en Villalacre y su magnífico jardín en espacios de conciertos. El idóneo es el jardín en estos tiempos en que todo esta teñido por el riesgo de contagio en espacios cerrados. Los conciertos para los vecinos de Villalacre y amigos han continuado. Antes de que estallara la pandemia tuvieron como invitados a los integrantes de la agrupación Voces Nostrae o el grupo teatral Carro de Thespis. Poco a poco van abrazando al entorno cultural de Las Merindades y haciéndose su propio hueco.
Contentos. "Estamos contentos con ir nutriendo la zona con nuestro trabajo y vernos apoyados y respetados cada vez más", señalan. Incluso se sienten "famosos entre comillas", después de aparecer en enero en DB y después en varios medios de comunicación. Formados en el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene, en San Sebastián, sin duda, la llegada de estos tres jóvenes virtuosos, que han cumplido los 22, Guillermo, los 25, Unai, y los 31, Cesáreo, viviendo ya en Villalacre, bien merecía la atención de los medios.
No descartan buscar conciertos en las ciudades que rodean la comarca, pero siguen pensando en el entorno más cercano y ya se han ofrecido a localidades, como Oña, Poza de la Sal o Miranda de Ebro, donde la pandemia truncó uno de sus conciertos. Van a tratar de grabar un disco "lo más profesional posible" con obras de Ravel. La música clásica siempre está ahí y van a compaginarla con otros formatos, como el de su nuevo espectáculo, ‘Arrabal de la Plata’, que han interpretado en Medina y Trespaderne con obras del compositor argentino Astor Piazzolla (1921-1992), quien "llevó el tango de lo popular a lo clásico". En él, leen un poema de Borges sobre el tango, textos de Piazzolla o hablan del autor. Los conciertos guiados por la palabra van a seguir siendo la seña de identidad de Proyecto Villalacre, que tomó su nombre del pueblo que les ha adoptado y donde incluso han dado con el autor de su logotipo, Bittor Cámara, "diseñador gráfico y artista inquieto por naturaleza" y con el paisaje que lo inspiró.
En su sala de ensayos y en sus videos en redes sociales se van colando nuevos temas, como la adaptación del tema Armando’s Rhumba, de Chick Corea, o la Rumba de Levante, de Chano Domínguez. La música latina, la rumba o el flamenco van a ser protagonistas de su próximo espectáculo. También están estableciendo contactos con voces de la comarca o su entorno, como María Sedano, o Armando del Hoyo. Incluso han comenzado a realizar una promoción de los entornos más bellos de la comarca en sus videos. Han comenzado con una grabación en Nuestra Señora de Cantonad (Valle de Mena) con los montes de la Peña de fondo, y ya piensan en continuar por escenarios, como Puentedey, Ojo Guareña o el monasterio de Rioseco. Proyecto Villalacre avanza.