Burgos pierde 34 vecinos a la semana

L.M.
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La provincia registró entre enero y junio de este año 1.169 nacimientos frente a las 2.000 defunciones, lo que vuelve a arrojar un saldo vegetativo negativo, de 831 personas, en el primer semestre de 2019

Los nacimientos no cubren las defunciones desde hace unos cuantos años. - Foto: Reyes MartÁ­nez

Las cifras varían ligeramente de un año a otro; unos son más altas, otros más bajas, unos se rompe una barrera no rebasada desde hace tiempo y otros se está a punto de superar un récord histórico. Lo que permanece inalterable es la tendencia a la baja de la población burgalesa, que curso tras curso va menguando sin que nadie ponga remedio. El último toque de atención lo conocimos ayer con la publicación del Movimiento Natural de Población por parte del Instituto Nacional de Estadística, que engloba la cifra de nacimientos y defunciones que se han producido en la provincia durante el primer semestre del año, así como los datos globales de 2018.

Si por un lado ponemos sobre la mesa los alumbramientos entre enero y junio del presente año, 1.169 -21 menos que durante el mismo periodo del primer semestre del curso pasado- y por otro las muertes, 2.000 justas -afortunadamente 100 menos que en 2018-, el resultado arroja un descenso de la población de 831 burgaleses, una media de 139 personas al mes, 34 a la semana o 4,5 al día. Los datos del año pasado, no obstante, fueron mucho peores, ya que la pérdida de vecinos fue de 910, una media de 151 al mes, 38 a la semana o 5 cada 24 horas. Desde 2010, la tendencia que ha seguido la cifra de nacimientos es a la baja; no se ha dado aún un curso en el que el número haya aumentado con respecto al ejercicio anterior, y la tendencia del actual, extrapolando los datos del primer semestre al segundo, indican que todo continuará como siempre. Algo más inestable se ha mostrado la cifras de defunciones; el gran salto se produjo entre 2016 y 2017, cuando en tan solo un año pasaron de los 3.838 a 4.016.Desde esa fecha no se han bajado de los 4.000.

La estadística del INE arroja también datos específicos de la capital, y de ellos se desprende que en Burgos ciudad ha descendido en dos -de 649 a 647- el número de alumbramientos, mientras que las defunciones han caído de 895 a 894.
maternidad tardía. Pese al descenso de población, la esperanza de vida no hace sino aumentar cada ejercicio. Los datos oficiales de 2018 hablan de una edad media de los burgaleses de 84,08 años, siendo de 81,36 para los hombres y creciendo hasta los 86,9 si nos referimos al sector femenino. Este indicador ha crecido desde 2010 en casi un año. Por otro lado, la edad media de las burgalesas a la hora de tener un hijo sigue escalando, y se coloca ya en los 32,89 años, frente por ejemplo los 30,3 a los que se producía el nacimiento de los hijos allá por 2007.

A nivel regional, Castilla y León registró 7.077 nacimientos y 15.084 defunciones durante el primer semestre del año, por lo que el saldo vegetativo fue negativo en 8.007 personas. De esta forma, la comunidad es, tras Galicia con 8.426 personas menos, la que presenta un saldo vegetativo negativo más elevado del país. Los castellanoleoneses están entre los de mayor esperanza de vida de toda España, con una media de 83,9 años, mientras que la esperanza de vida se situó por encima de la media nacional, de 83,2 años.