El Mirandés conoce el sabor de la victoria ante un primera. Aunque aquellos hitos coperos quedan lejos ya, hay otro precedente más cercano. Los rojillos sorprendieron este fin de semana, cuando ganaron al Zaragoza con un doblete de Marqués. Ahora, contra el Rayo, la situación tiene rasgos similares puesto que la covid sigue lastrando al club y el rival tiene una envergadura importante. Así las cosas, los chicos de Escobar confían en poder llevar un regalo de reyes a Anduva esta tarde a las 20:00, como ya hicieron el domingo.

En el momento en el que los seguidores del equipo de Miranda vieron la alineación en la competición regular, probablemente, se llevaron las manos a la cabeza. Los incontables positivos en coronavirus obligaron al entrenador a cambiar de futbolistas, de planteamiento e, incluso, de sistema. Cuando más difícil parecía el reto, mejor resultado se obtuvo. Hoy, frente al Rayo de Iraola, la intención de los jabatos es la misma. Aprovechar sus armas, demostrar consistencia atrás y cruzar los dedos para que todo funcione de nuevo como un reloj.

El rival de los rojillos también ha padecido el duro golpe de la covid en sus propias carnes. En cierta medida, el fin de semana pasado lo notaron durante su enfrentamiento contra el Atlético de Madrid. El Rayo ha demostrado a lo largo de la temporada un juego arriesgado, pero con criterio; valiente, pero sereno. El domingo, en cambio, se vio un conjunto algo más espeso y lento en la circulación.

Pese a ello, el Mirandés no puede esperar la llegada de un equipo venido a menos (...).

(Previa completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este miércoles o aquí)