Los centros de salud de la capital inauguran el día 1 de julio el horario de verano, que se implanta este año por petición expresa de los profesionales y que implica el cierre por las tardes. Esta medida también será de aplicación en Aranda, pero no en Miranda, cuyos profesionales lo rechazaron. Tampoco se hará en los centros de salud rurales, donde el tema ni siquiera se planteó por el aumento de población que conlleva el verano en todos los pueblos de la provincia.

Tal y como explicó la gerente de Atención Primaria, Mónica Chicote, a este periódico en una entrevista publicada el 22 de mayo, se aceptó esta propuesta porque en julio, agosto y septiembre hay un «descenso de la demanda de entre un 30% y un 40%». Así, la petición se estudió y se llegó a la conclusión de que con un refuerzo de personal en las urgencias de Primaria (el Punto de Atención Continuada del Divino Valles), era viable. 

De momento, para las horas en las que no habrá asistencia en los centros de salud (de 15.00 a 20.00 horas) se ha previsto un apoyo «de cinco médicos y un enfermero», de lunes a viernes. Los fines de semana se mantendrá la dotación habitual del PAC, dado que los centros de salud siempre están cerrados los sábados y los domingos.

El refuerzo en días laborables se hace en previsión de que la demanda que no se va a canalizar en los centros de salud por las tardes pueda ser absorbida por el servicio de urgencias.

Los facultativos propusieron el cierre para poderse «organizar mejor para las vacaciones» y la gerencia lo aceptó. Su jornada la cumplirán de mañana.