De poco sirve esconderse tras un perfil falso o anónimo en Twitter. Si uno insulta gravemente o comete algún delito, las autoridades van a investigarle hasta dar con él. Sino que se lo digan al joven de 20 años que hace tres semanas se dedicó a increpar a la Policía Local a través de esta red social. A los pocos días, los agentes del cuerpo municipal le localizaron y le denunciaron por faltar al respeto a miembros de las fuerzas del orden. Las multas por este tipo infracciones, recogidas en la Ley de Seguridad Ciudadana, van desde los 100 a los 600 euros.

Todo comenzó a mediados del pasado mes de enero. Una patrulla de la Policía Local detuvo a un vehículo que, además de no haber pasado la ITV, el propietario le había realizado una serie de modificaciones ilegales. Por este ‘tunning’, los agentes tramitaron cuatro denuncias. 

Apenas dos días después, volvieron a detectar a este mismo coche aparcado en doble fila en la calle Salas, en la zona sur de la capital. El turismo no solo seguía presentando un estado deplorable, sino que además no portaba ninguna matrícula, por lo que los efectivos decidieron llamar a la grúa para retirarlo y llevarlo al depósito municipal. 

A través de Twitter, el cuerpo municipal informó de esta irregularidad y una persona comenzó a insultarles. "Más vale que os dediquéis a proteger a los ciudadanos y a la gente que de verdad os necesita, hijos de puta", escribió. Tras varias investigaciones, lograron dar con el individuo que se escondía tras ese perfil, un joven de 20 años cuyas iniciales son G.G.E. y que, por lo visto, era amigo del dueño del coche denunciado.