El Ayuntamiento de la capital ribereña considera urgente la construcción del acueducto que se derrumbó el pasado mes de mayo en las traseras de la Bodega García de Aranda y que proveía de agua potable al barrio de Santa Catalina.

El coste de esta infraestructura ronda 1,2 millones de euros pero el equipo de gobierno es consciente de que no se puede alargar en el tiempo que todo el suministro de la ciudad provenga del mismo lugar. "El agua viene de la zona de Tubilla, por eso se ha declarado de urgencia, porque no se puede permitir que la única vía que llega a la ciudad se pueda romper por alguna causa y entonces sí que habría un desabastecimiento", explicó el portavoz, Emilio Berzosa, asegurando que están esperando a tener disponibilidad presupuestaria para "licitarlo ya para hacerlo de forma inminente", por lo que se ha contemplado una partida ya en el borrador del Presupuesto municipal de este año 2022.

Mientras tanto, lo que ya están concluidos son los trabajos de reposición de la escollera que soportaba esta estructura en la margen izquierda del río Duero, justo detrás de las instalaciones de la bodega. La junta de gobierno local dio ayer el visto bueno a la certificación de los trabajos realizados por la empresa arandina Gerardo de la Calle, que han supuesto una inversión de 122.000 euros.

Hasta antes de la avería, el acueducto suministraba de agua potable al barrio de Santa Catalina desde el depósito situado en el Cerro de los Perros, en el término municipal de Fuentespina, en cuya base se hallan los sondeos de captación y la depuradora de agua potable de la capital ribereña.