Estrenamos año y, por muy malo que venga, será difícil que iguale al que con tantas ganas despedíamos el viernes. Tormentas de nieve, inundaciones, erupciones volcánicas y un virus, que creíamos controlado, que ha alcanzado cotas máximas de contagio en el peor momento posible son difíciles de superar. Ni ser campeones mundiales en vacunaciones nos ha librado de pasar otras extrañas Navidades en las que la paga extra la hemos tenido que gastar en mascarillas y test de antígenos, ante la inacción de nuestros políticos, de todo signo, que han mostrado una vez más su incapacidad para tomar decisiones a tiempo y en favor de los ciudadanos.
Sin entrar a valorar si hubiera sido mejor adoptar medidas más restrictivas o menos, resulta inquietante observar la forma de actuar de nuestros dirigentes que, a nivel nacional, han retrasado hasta el último momento la toma unas decisiones que han consistido básicamente en imponer de nuevo la mascarilla en los espacios abiertos y recortar los días de baja por infección. Como siempre, sin hablar claro.
Tampoco hay que perder de vista la actitud del gobierno regional, claramente influido por el anuncio del señor Fernández Mañueco de adelantar las elecciones regionales quien, en un repentino giro a lo Ayuso, ahora opina que quién es la Junta para coartar la libertad de los castellanoleoneses, después de haber sido una de las Comunidades que han adoptado las medidas más restrictivas durante toda la pandemia.
Por supuesto, a ninguno se le ha ocurrido reforzar la Atención Primaria o el personal en los hospitales para que el sistema no se viera saturado por la avalancha de casos ni tomar medidas para garantizar el abastecimiento y regular el precio, que casi se ha triplicado, de los test de antígenos que se han convertido, ante la falta de capacidad y de pruebas PCR en los centros de salud, en el único recurso con el que contamos para conocer nuestro estado.
Como está claro que los ciudadanos tenemos que resolver solos nuestros problemas, tampoco es ninguna novedad, hagamos de esta crisis una oportunidad, la que nos dan las nuevas elecciones de Castilla y León para elegir a alguien que nos represente mejor porque nuestro gobierno regional actual ya hemos visto lo que nos ofrece.