El equipo que ha realizado el estudio previo para concretar el ámbito de actuación que aspira a ser declarada Área de Rehabilitación Urbana (ARU) presentaba ayer sus conclusiones y los criterios que han seguido para delimitar la zona que les parece más necesitada de esta regeneración tanto de los espacios públicos como de las viviendas. En concreto, han tenido en cuenta factores como el nivel económico de los residentes y el envejecimiento de la población, además de la antigüedad de los edificios o las barreras arquitectónicas que soporta cada zona estudiada. Con todo eso sobre la mesa, han propuesto dos ámbitos de actuación en el barrio de Santa Catalina, que suman un total de 789 viviendas.

En concreto, las arquitectas encargadas de realizar este estudio han dividido este ARU en dos parte: una zona conocida como ‘los bloques’ ubicada entre las calles Peñaranda de Duero y Antonio Machado; y otra que tiene como eje central el último tramo de la avenida Burgos, que discurre entre las calles Santiago y Pizarro, centrándose en la acera sur de esta primera vía, y en el área que forman las calles Montelatorre, Fernán González y Pizarro.

Las encargadas del estudio destacaban que este barrio en general adolece de otros problemas que lo hacen el idóneo para el desarrollo del proyecto, como su aislamiento del resto de Aranda, al contar solo con Carrequemada como vía de salida, y con las eras y el río Duero como fronteras naturales para unirse a otros puntos de la ciudad.

«Las actuaciones consistirían en la implementación de mayor grado de confort en las zonas habitacionales y actuaciones sobre el espacio público, como la distribución también del tráfico y de zonas de aparcamiento», añadía una de las responsables de la delimitación inicial, la arquitecta Carmen Andrés, que también destacaba los proyectos de mejora de la accesibilidad o la eficiencia energética, así como la reurbanización de algunas zonas como parte de este proyecto futuro, que contará con ayudas públicas de varias administraciones.