Soplo de oxígeno para Asobal

J.A.D.C.
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El retorno del Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda a la máxima categoría, todo un lujo de cara a la afluencia de público en los pabellones

De haber sido Aranda equipo de Asobal, el Príncipe de Asturias hubiera registrado en varios de los partidos de la temporada pasada la mejor entrada de la jornada - Foto: Jesús J. Matías

La máxima categoría del balonmano nacional está de suerte. El retorno del Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda a la Liga Asobal la próxima temporada supondrá, si la situación permite poder regresar a la normalidad en cuanto a la afluencia de aficionados, todo un impulso al aforo de sus pabellones y por consiguiente, a su visibilidad pública.

Y es que, si por algo se ha caracterizado siempre la entidad amarilla ha sido por albergar entre sus filas a un gran número incondicional de seguidores. Una masa social leal y más o menos activa a lo largo de su historia, que, con el transcurso de la presente campaña, había ido recuperando también presencia y animosidad con el paso de las jornadas en el Príncipe de Asturias.

La evolución, patente si se extraen datos desde los primero partidos: 1.200 espectadores ante Cisne (jornada tres), y unos 1.800 ante Antequera (en el último encuentro disputado), hace que, si se pasase a realizar un estudio comparativo entre la presencia de espectadores durante el último año en la capital ribereña y los diferentes feudos de Asobal, el equipo amarillo quedaría ubicado como el quinto con mayor número de aficionados en sus gradas de toda España, con una media de unos 1.667 espectadores por partido, y tan sólo superado por León (2.415), Cangas (1.975), Valladolid (1.896), Guadalajara (1.721) y Logroño (1.650); aunque en este último caso habría que matizar los datos debido a los 3.100 espectadores registrados en la visita del Barcelona a la capital riojana.

Expuestas las cifras, habría que añadir, a mayores, que de todas las jornadas celebradas hasta el corte de la competición en ambas categorías, el Príncipe de Asturias habría recogido el honroso premio de haber sido el pabellón con mayor entrada de aforo registrada durante las jornadas número 13, 15 y 17 (al haber jugado de local el club esos días). Números con los que hubiera desbancado en dichos fines de semana a Valladolid (ante Puerto Sagunto y Cangas respectivamente), y a León (al medirse a Huesca).

Castilla y León, tierra de pasión. Ejemplo singular el arandino, huelga decir que Castilla y León al completo parece posicionarse como uno de los focos más candentes de todo el país en cuanto a balonmano se refiere. Y es que, del mismo modo que el conjunto ribereño destaca dentro de los números estadísticos de la temporada pasada, no menos notoria es la presencia de León y Valladolid como dos de los grandes puntales de la afición por la disciplina del 40 por 20; también Nava, con casi un tercio de su población total en los partidos.

De este modo, cabe señalar que, de las 19 jornadas disputadas en Asobal el pasado año, entre los dos clubes regionales (8 en caso leonés y 6 en el vallisoletano), pueden presumir de haber ostentado el 74% de las veces el pabellón más lleno. Un hito en el que les seguiría Cangas (con 3 jornadas como el club con más público), Logroño (con una), y Barcelona (con otra). Hechos notorios y que chocarían diametralmente con las cifras de Benidorm. Colista en cuanto a público y sede del encuentro con menos asistencia del último año (jornada 9 ante Logroño, con apenas 500 espectadores).