Si algunos investigadores pueden sacar conclusiones de cómo es una persona o familia con solo echar un vistazo a su basura, los datos de la recogida de residuos en una ciudad puede dar una imagen clara de cómo y qué consumen sus habitantes, así como su compromiso con el medio ambiente y el reciclado. Según los datos facilitados por Urbaser, la empresa que se encarga de la recogida y limpieza urbana del municipio, en el caso de Aranda de Duero, la cifra global de generación de residuos urbanos alcanzaba el año pasado las 14.284 toneladas, 80 menos que el año anterior. Tomando la cifra oficial de población facilitad por el INE, que cifra en 32.856 las almas en la capital ribereña, nos desvela que cada arandino generó en 2019 un total de 434,74 kilos de deshechos, al ritmo de 1,19 kilos por habitante al día.
Entre los distintos contenedores en los que los vecinos de la ciudad pueden depositar aquello que ya no pueden utilizar en sus casas, destaca de manera relevante la fracción de resto, todo aquello que no se deshecha para su posterior reciclaje o tratamiento por separado. En estos contenedores se llegaron a recoger el año pasado 11.510,95 toneladas, a razón de 350 kilos por habitantes, lo que supone el 80% de todo lo recogido. Unas cifras que, curiosamente, son inferiores a las del año anterior, cuando la fracción de resto supuso el 81,38, con 359 kilos por habitante.
Uno de los motivos por los que este tipo de residuos, en el que cabe todo, se ha visto reducido puede ser el aumento de dos de los tipos de recogida selectiva a los que acuden habitualmente los hogares. Son, en concreto, el de los envases, que ha alcanzado las 739,2 toneladas, 40 más que en 2019, y que ya supone el 5% de todos los residuos que se recogen; y el de los enseres, que ha superado las 164 toneladas, 13 más que el año anterior. Estos dos tipos de deshechos iban, en muchas ocasiones, al contenedor de resto, y ahora se ha registrado este aumento en la cantidad que se recoge por separado.
En el lado positivo también está la recogida de papel cartón puerta a puerta, que es un servicio que se presta sobre todo a los comercios y empresas desde hace dos años. En este caso, se ha pasado de 102,7 toneladas a 280,8, un aumento del 63%. Eso sí, el papel y cartón recogido en los contenedores diseminados por distintas calles del municipio ha disminuido en 160 toneladas, lo que, si se tiene en cuenta el aumento de la recogida puerta a puerta, nos lleva a que la recogida selectiva global de este residuo ha aumentado el año pasado en 18 tn.
En el caso de la recogida selectiva de vidrio, se ha registrado una reducción de 11 toneladas, llegándose en 2019 a registra 712 tn, lo que corresponde a casi el 5% de los residuos separados y 21,6 kilos por habitante. Los residuos de poda también sufrieron un ligero descenso de 9 tn, llegando a 240 recogidas a lo largo del año pasado, cuando se estrenaba la recogida de escombros con 48 toneladas.