Pactan 4,5 años de cárcel para el violador de Medina

A.C. / Medina de Pomar
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El joven, que está encarcelado desde noviembre de 2019, no podrá aproximarse a menos de 300 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante 10 años

La acusación particular, la Fiscalía y la defensa alcanzaron un acuerdo de conformidad que evitó el juicio en la Audiencia Provincial. - Foto: Luis López Araico

La acusación particular, la Fiscalía y la defensa alcanzaron un acuerdo de conformidad que evitó el juicio en la Audiencia Provincial contra el joven que en la madrugada del 12 al 13 de octubre de 2019 cometió una agresión sexual contra una joven en el pinar de la Revilla. El acuerdo deja la pena del condenado en cuatro años y seis meses de prisión frente a los ocho años de prisión que pedía el fiscal y plantea que el reo tiene prohibido durante diez años aproximarse a menos de 300 metros de la joven, vecina de Vizcaya, de su domicilio, su lugar de estudio  o de trabajo o cualesquiera de los que frecuente, así como comunicarse con ella por escrito, oral, postal, electrónico y telemático, igualmente por un periodo de 10 años. En el acuerdo quedó constancia de que el condenado había satisfecho íntegramente la responsabilidad civil.

El agresor fue detenido e ingresó en prisión provisional en noviembre de 2019, situación en la que continuaba cuando se fijó la vista en la Audiencia Provincial el pasado mes. Así pues, ya ha cumplido dos años de cárcel y le restan otros dos años y seis meses para quedar en libertad.

La víctima llegó a Medina de Pomar para disfrutar con unos amigos de las fiestas del Rosario en la tarde del 12 de octubre de 2019. Cenaron y estuvieron en la verbena, tras la que acudieron a un pub del casco histórico, donde se encontró con su violador, a quien conocía. Él la propuso salir a fumar y se acercaron al pinar de la Revilla, a unos 300 metros del pub. El condenado le dijo que «quería algo más», pero ella se negó. Sin embargo, «la tiró al suelo boca abajo y se puso encima», según el relato del juez en uno de los autos en el que se argumentaba la negativa a su puesta en libertad. En el mismo describía como la arañó, la mordió y la agarró por la boca, así como el peso que ejercía con su cuerpo, lo que le impidió evitar que la penetrara vaginalmente y lo intentara por la boca dándole tirones de pelo para girarla la cabeza.

La joven acudió tras los hechos, que ocurrieron entre las 5.30 y las 6 de la mañana, a casa de un amigo donde tenía sus cosas para marcharse después de inmediato a Bilbao en autobús. Ya al día siguiente, el 14 de octubre, por la noche se decidió a acudir al Hospital de Basurto en la capital vizcaína, apoyada por su compañera de piso y su madre. El informe médico emitido indicó «sospecha de agresión sexual», dadas las lesiones físicas que presentaba.

Asimismo, relataba cómo sufría «un hematoma en el cuero cabelludo;lesión circular compatible con mordedura en la mejilla derecha;erosión de un centímetro con inflamación en raíz nasal;arrancamiento de mucosa oral de la región infra-lingual; lesión semicircular compatible con mordedura en la cara posterior del hombro derecho;múltiples lesiones puntiformes en antebrazos y brazos;equimosis violácea en fosa ilíaca izquierda; contusión de ambas rodillas...». A todo ello, los facultativos sumaron que se encontraba «muy nerviosa, con sensación de bloqueo a la hora de pensar y decidir y muy afectada emocionalmente». No obstante, al haber pasado dos días de los hechos, en la revisión médica no se detectaron restos de semen en los hisopos de la vulva, vaginales, de fondo de saco, anales o bucales.

Con antecedentes. Durante la fase de instrucción del caso, el violador afirmó en sus declaraciones ante los jueces que «se liaron y nada más, haciendo sexo, nada malo». Aseguró que ella se quitó la ropa y negó que la intentase penetrar bucalmente. El condenado tiene antecedentes penales por un delito de lesiones y malos tratos cometidos en el ámbito de la violencia doméstica en 2015.