Un paso atrás del PGOU multiplicado por ocho

H. JIMÉNEZ
-

Un buen número sectores dejarán de ser urbanizables en 10 meses al vencer los plazos establecidos por la Junta para incentivar un desarrollo realista de la ciudad

La ciudad tiene aún mucho suelo por colmatar - Foto: Valdivielso

Hace un año y medio que el Ayuntamiento advirtió a los propietarios de una decena de sectores que el 2022 no quedaba tan lejos. Parecía estar a una galaxia de distancia, enfrascados como estábamos en salir de la primera ola de covid, pero ya está aquí. Y octubre llegará mucho antes de que puedan reaccionar la gran mayoría de ellos. Desde aquel aviso municipal la administración no tiene constancia de que se haya movido nada entre los dueños de todos esos suelos que el PGOU considera como urbanizables pero sobre los que no parece haber ningún interés promotor. Hablamos por ejemplo del S-6, junto a Villafría y el río Arlanzón, donde se preveían entre 297 y 396 viviendas. En el S-10 (La Ventilla) los cálculos hablan de 186 a 341.

Al otro lado de la ciudad, el S-12 (Barrio del Pilar) contemplaba una horquilla de entre 356 y 475, mientras el S-24 (junto al campo de tiro de Villalbilla) llevaba de 1.221 a 1.985. Además, el S-31 cerca de Hipercor, el S-34 de nuevo en Villalbilla y el S-38 en el Monte de la Abadesa contemplaban suelos comerciales o industriales, así como en el S-39 (pegado a la ampliación del polígono de Villalonquéjar III).

Sea como fuere, al Consistorio tampoco parece inquietarle demasiado la pronta caducidad de todos estos sectores. El concejal de Fomento, Daniel Garabito, considera que el anterior Plan "se hizo todavía con criterios de burbuja inmobiliaria y, en un alarde de optimismo, calificó como urbanizables muchos sectores que están por desarrollar". Ahora ni están ni se les espera.

Mucho suelo libre. Apunta Garabito que "la iniciativa privada no detecta suficiente demanda en el mercado como para abordar estos nuevos suelos, puesto que hay muchas otras unidades en la ciudad que se pueden edificar con licencia directa. Burgos no tiene un crecimiento demográfico como para que hagan falta más sectores".

Habla el concejal de Fomento de las enormes extensiones del S-3 y S-4 frente a la estación de trenes, Villímar Oeste, el S-7 o el S-8 en Fuentecillas, el suelo en torno a la antigua terminal ferroviaria que está en manos del consorcio del desvío... "hay muchísimos suelos por colmatar".

La situación, por tanto, promete seguir así muchos años y en ese intervalo los dueños de los suelos que vuelven a ser rústicos al menos podrán ahorrarse buena parte del IBI. No es lo mismo pagar por un solar urbanizable que por otro que no lo es. El ahorro fiscal será considerable, pero tendrán que mentalizarse de que pasará mucho tiempo antes de que las expectativas de construcción que se les vendieron en el Plan General de Ordenación Urbana puedan hacerse realidad.