El restaurante Puerto Seco, en el hotel del mismo nombre, no tiene pérdida. Está junto al complejo aduanero y centro de transportes de Villafría. Hace seis años que tomó el relevo del ABC Aduana y desde entonces da de comer y lo hace en ese formato de cocina casera y tradicional que caracteriza también al mesón Juan XXIII y la Posada del Duque, que forman parte también del grupo hostelero Hersavi. Entre los pucheros la batuta la lleva Fernando Sánchez, un cocinero autodidacta con muchos años de profesión y un equipo que cada día trata de mimar y sorprender los paladares de los comensales con un extenso menú de mercado, que cada día se cambia. No tiene carta, pero sí diseña a medida de la clientela menús para grupos, eventos de empresa, familiares.

De lunes a sábado sus menús del día dan la posibilidad de elegir nada menos que entre siete primeros y otros tantos segundos, que unido al postre, pan, vino y café -una singularidad- cuesta 11,50 euros. Los platos de cuchara son básicos y se alternan para disfrutar de unas lentejas con chorizo, garbanzos o alubias con sus  correspondientes ‘sacramentos’. Las cremas y sopas también tienen cabida, incluida la de cocido o de pescado, ‘vichyssoise’... Pastas, lasañas y arroces -con verduras, conejo, picadillo...- tiene también su lugar junto a las paellas mixtas. Tampoco faltan verduras -calabacines, berenjenas rellenas, alcachofas, o los risotos. Entremeses fríos y calientes o variadas ensaladas -mixta, césar, campera... son otras propuestas para abrir boca.  

En segundos también suma siete las propuestas y en ellas se combinan, según mercado, carnes cerdo -lomo a la riojana, codillo asado, solomillo o carrillera ibérica al oporto- así como de ovino y vacuno con propuestas como carrileras al vino tinto, bistec, chuletas.... Los guisos, entre ellos el de oreja, callos, manitas de cordero o manos de cerdo. El pollo y en conejo tampoco faltan. En pescados bien pueden servir merluza con espinacas gratinadas, dorada a la plancha, emperador, En caza se puede disfrutar, en temporada, de sus calderetas de jabalí o ciervo.

Los postres, caseros, varían desde el flan, las natillas, la cuajada hasta el arroz con leche, la leche frita, tarta de queso, yogures, fruta...

Si se quiere degustar menús de más especiales, también dan cuatro opciones distintas, siempre escogiendo con un primero del día. Si quieren disfrutar del rodaballo a la plancha, el precio se va a los 20,50 euros, pero si escogen la lubina a la plancha se queda en 17,20 euros. Primer plato con chuletillas se va a los 20,30 euros y con entrecot a los 18,30 euros. Eso sí el postre, vino y el café está incluido en todos.

En los menús concertados de grupo, compuestos básicamente de entrantes y un segundo a elegir, las propuestas son amplísimas. Ensaladas de diseño, cogollos, revueltos, tablas, timbales, hojaldres rellenos, ensaladillas, marisco, pulpo… forman parte de un centenar de sugerencias para iniciar las comidas o las cenas. Para continuar se sirven carnes y pescados más selectos, especialmente los entrecot, lenguados o merluzas, a la plancha o rellenas… Los asados, de cochinillo, lechazo o cabrito son también fortalezas culinarias de este establecimiento, en el que también están abiertos a preparar ollas poderidas.

Los precios, dependiendo de las comandas y la bodega, pueden oscilar entre los 18 y los 40 euros por persona, aunque si se opta por una mariscada -con cigalas dobles, bueyes, nécoras…- el tique puede ser superior.

La bodega no es amplia, pero sí dispone de una selección de riojas y riberas del año además de algunos crianzas en tintos y claretes. Dispone de dos comedores con nombres arbóreos. El de Los Sauces tiene capacidad para 90 personas y el de los Nogales para 25 más. Una veintena de mesas se disponen además junto al bar para disfrutar de sus raciones, tapas, bocadillos, hamburguesas y sugerencias para almorzar como Dios manda.