La Audiencia Provincial juzgará este miércoles a N.A.M, un hombre de 25 años de origen dominicano acusado de agredir sexualmente a una menor de edad en 2018. El Ministerio Fiscal solicita para él una pena de 9 años de cárcel y la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante ese periodo. También pide una indemnización de 6.000 euros por los daños, tanto físicos como morales, que le causó por la presunta violación.

Según recoge el escrito de acusación, la víctima, una joven que en el aquel momento tenía 17 años, acudió el 23 de abril de 2018 al bar Ambigú, en el barrio de Gamonal, para comprobar si los responsables habían encontrado su teléfono móvil, ya que lo había perdido la noche anterior. Instantes después se encontró con un amigo que le dijo que dos conocidos habían encontrado su terminal portátil en el local y le indicó dónde vivían para que pudiese recuperarlo. 

Así pues, la joven se dirigió al domicilio y allí la recibió el ahora procesado, quien la invitó a pasar. Una vez dentro, el procesado le indicó el camino a su habitación y, recalca la Fiscalía, "actuando con ánimo libidinoso" se empezó a quitar  la ropa y le dijo a la víctima que si quería recuperar su teléfono móvil tenía que tener sexo con él y que hasta que no lo hiciera no se iría de allí. Tras varias negativas, N.A.M. la empujó contra la cama para impedir que se fuera de la habitación. Acto seguido, la quitó la ropa por la fuerza y la dejó desnuda, tumbada en la cama y la impidió que se moviera a pesar de que la menor estaba llorando y haciendo constar que no quería una relación carnal.

La oposición de la joven no impidió al acusado continuar con la agresión. Según la acusación pública, N.A.M. se puso encima de ella y le introdujo su pene en la vagina. Seguidamente, estando la víctima en el suelo la obligó a hacerle una felación y también a tener sexo anal. Ella seguía manifestándole que no quería, pero el procesado trató de infundirle el miedo amenazándola con frases como "si gritas va a ser peor para ti" o "no llames a nadie o será peor". 
Finalmente, la menor aprovechó que el agresor abandonó la habitación para recuperar su móvil e irse de la casa. Ese mismo día, acudió a la Comisaría Provincial para denunciar la violación y posteriormente al Servicio de Urgencias del HUBU, donde tomaron muestras corporales en las que meses después se encontró perfil genético de N.A.M.