«Me siento disgustado como amigo del rey y como ciudadano»

R. PÉREZ BARREDO
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ENTREVISTA | Juan José Laborda, expresidente del Senado, consejero de Estado y director de la Cátedra de Monarquía Parlamentaria de la Universidad Rey Juan Carlos I

Don Juan Carlos y Laborda, durante una visita del monarca a Burgos. - Foto: DB

Admite estar viviendo con preocupación los últimos acontecimientos en torno a la figura de Juan Carlos I; una figura que Juan José Laborda, expresidente del Senado, miembro del Consejo de Estado y director de la Cátedra de Monarquía Parlamentaria en la Universidad Juan Carlos I, considera fundamental en la reciente historia de España. Confía en la justicia y defiende la presunción de inocencia de quien considera un amigo. Con todo, reconoce que la salida de España del rey emérito era la mejor solución para la Corona. Tiene, además, una fe ciega en Felipe VI, al que considera un hombre reflexivo y preparado para afrontar lo que sea que tenga que venir.

Ha conocido muy bien y tratado mucho al rey emérito Juan Carlos I. ¿Qué ha sentido estos días? 
He sentido una especie de alivio a una preocupación que tenía desde que se supo que el rey Juan Carlos estaba siendo investigando por presuntos delitos de naturaleza económica. No voy a ocultar a estas alturas que tengo un gran afecto por don Juan Carlos,  por su compromiso durante su reinado con la democracia en España y en el mundo. Pero nunca me declaré juancarlista, como decían los que no se atrevían a declararse monárquicos. Yo soy monárquico de la Constitución. Eso lo manifesté hace ya años, siendo rey Juan Carlos, en una entrevista en TVE, y por las reacciones que produje supe que había acertado. Por todo ello, me he sentido muy disgustado, como amigo suyo, aunque más como ciudadano de esta España democrática.

¿Se ha ido o le han echado? 
Se ha ido voluntariamente, con acuerdo con el Rey Felipe VI, y lógicamente, con conocimiento del presidente del Gobierno. Me parece que dejando de vivir en España, desvinculándose enteramente de la Casa Real, don Juan Carlos hace un servicio al rey Felipe VI, como jefe del Estado, más que como hijo, y favorece que la justicia, nacional e internacional, haga su trabajo con entera libertad. Don Juan Carlos, además, ha manifestado que estará siempre dispuesto a colaborar con la justicia.

¿De verdad podemos creer que este rey no va a estar por encima de la Justicia? 
La justicia en España es igual para todos. Hay sobrados ejemplos. Además, sus actuaciones pueden terminar en la jurisdicción europea. Y el rey, como persona mediática, puede sufrir más rigores que si fuese una persona anónima.

¿Qué supone su alejamiento de España? 
Es pronto para decirlo. Está por ver si su marcha será definitiva o transitoria. Dependerá de lo que termine haciendo la justicia.

¿Había otra salida, dado el contenido de las informaciones que se ha ido revelando en las últimas semanas? 
Creo que esta salida es la lógica. Hace muchos meses se estaba estudiando algo así. Algunos analistas la hicieron pública, y ahora me acuerdo de un artículo de José Antonio Zarzalejos, el que fuera director del periódico monárquico ABC, aunque ahora discrepa con su línea ideológica.

¿Lo llamamos exilio, abandono, huida? 
El rey Juan Carlos deja de vivir en España voluntariamente, y no tiene similitudes con los casos de Carlos IV, Isabel II, Amadeo I y Alfonso XIII. Primero porque don Juan Carlos no es un rey reinante, y segundo, porque sigue estando vinculado con España y con su Estado.

¿Ha sido una decisión de Estado? 
No me cabe ninguna duda. Ha sido adoptada por acuerdo entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno. Y además, con el respaldo del PSOE y del PP, lo que es sumamente importante. No sobraría que el Congreso y el Senado se pronunciaran sobre este asunto. La Monarquía parlamentaria es la forma política del Estado, dice la Constitución.

¿Queda muy tocada la Corona como símbolo? 
Más que muy tocada, que parece significar exclusivamente a la Corona, está afectada como Jefatura del Estado, lo que viene a abarcar a toda la sociedad española. Sería mucho mejor que no atravesara una situación como ésta, en un momento de crisis general de las instituciones democráticas en España, y en las que yo denomino las  democracias atlánticas, con la pandemia agravando todas las crisis anteriores, el Brexit, el ascenso de los nacionalismos, etcétera. Por lo tanto, esa necesidad de la vuelta a las técnicas de los grandes acuerdos, en este asunto clave para nuestra convivencia en paz, la recuperación del símbolo es una tarea que afecta a todos, empezando por el Gobierno.

¿Cree que la salida de España del emérito favorece el reinado de su hijo, Felipe VI? 
En esto el Rey Juan Carlos ha sido siempre muy responsable. Hará siempre lo que favorezca a su hijo, y sobre todo, lo que favorezca a los españoles.

Si siempre hubiese deseado favorecer a los españoles no se vería ahora en este trance...
Por eso digo que ‘en esto ha sido muy responsable’. En asuntos como sus relaciones íntimas e incluso con las gentes de los negocios, es decir, en asuntos privados, no ha sido tan prudente como en asuntos de Estado. Pero todo deberá someterse a la presunción de su inocencia. Al fin y al cabo los fiscales están actuando a partir de las informaciones sesgadas de un policía acusado de corrupción.

¿Que haya salido del país en plena investigación por sus supuestos delitos fiscales no constituye un baldón? 
Visto de manera reducida, puede que sea así, pero contemplado desde una perspectiva completa, el Estado que el rey representa actúa con entera libertad investigando posibles delitos, nada menos que del anterior jefe del Estado. Estamos yendo bien en el siempre inacabado camino de la igualdad ante las leyes.

Se han escuchado muchas voces defendiendo al emérito por su papel en la Transición, el golpe del 23-F, etcétera, pero ese rol nada tiene que ver con los últimos acontecimientos, que sin embargo mancillan los otros... ¿Se puede separar una cosa de la otra? 
Ahora mismo es difícil separar hechos. Más adelante, los historiadores y la memoria de su reinado pondrán las cosas en su sitio. ¿A Fernando el Católico se le recuerda como el gran rey del Renacimiento o como un hombre con una conducta más que discutible?

Usted es director de la Cátedra de Monarquía Parlamentaria de la Universidad Rey Juan Carlos… ¿Lo que ha sucedido es un golpe en la línea de flotación de la forma de gobierno de este país? 
En tanto la Monarquía parlamentaria es la pieza clave de la Constitución, y no un simple  lujo de un viejo país europeo, creo que superará las actuales malas circunstancias.

¿Cabe esperar, a partir de aquí, una suerte de acoso y derribo de la Corona? 
Es previsible una reactivación del republicanismo, no solo por parte de Podemos, sino por los independentistas vascos, catalanes y de otras regiones. Sin embargo, la Monarquía parlamentaria de nuestra Constitución está identificada con la democracia y con la Unión Europea de una manera mucho más amplia e intensa que cualquier republicanismo actual.

¿La fragmentación del arco político, sin el bipartidismo que ha dominado hasta bien poco, puede favorecer ese ataque? 
El consenso es la forma que tiene nuestro sistema político para resolver problemas como estos. El ataque al rey es un ataque al sistema constitucional, y a las formaciones políticas identificadas con él.

¿Cree que los últimos acontecimientos han contribuido a restar juancarlistas en la sociedad española? 
Obviamente. El juancarlismo era un sentimiento, pero lo necesario es que comprendamos racionalmente las ventajas de tener un jefe del Estado monárquico.

¿Que son...? 
Entre otras, que no depende de los partidos políticos, y que por eso representa a todos y a todas las ideologías democráticas. En España la República se asocia con media España contra otra media.

¿No está Felipe VI ante uno de los peores escenarios en los que se puede hallar un rey? 
Es muy malo, pero no creo que sea uno de los peores que pueda  tener un rey. Felipe VI no está solo ante el peligro. 

¿Cree que el actual monarca está obrando bien? 
Estoy convencido. Conozco a don Felipe y he comprobado que reflexiona, y mucho, sobre la institución que él encarna como ser humano. Además, tiene el apoyo de la reina Letizia, que a mi juicio, y de muchos con los que hablo de estos problemas, es fundamental para la adaptación de la Corona a esta nueva sociedad, y fundamental en la educación de la princesa de Asturias.