Dos bandos enfrentados batallan en el seno de la Asociación de Fabricantes de Morcillas y Otros Embutidos (Afamor). Un asunto que va más allá de otra pelea paralela, la de la puesta en marcha de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la morcilla de Burgos. A la asamblea extraordinaria celebrada ayer en el edificio de FAE asistieron 14 miembros de la asociación y no faltó tensión, ni palabras más altas que otras y expresiones que no sentaron bien a todos los presentes. Más detalles en la edición impresa