No hay datos científicos -de momento, quizás más adelante algún experto en la materia inicie una investigación- pero entre los más jóvenes existe la percepción de que se está poniendo muy complicado establecer relaciones personales y sexuales desde que la pandemia lo inunda todo. «Conozco ya a mucha gente que se ha desinstalado el Tinder», explica el comunicador Daniel Esteban, autor del exitoso canal de Youtube This is Burgos, que pone altavoz a lo que piensan y viven muchas personas jóvenes de la ciudad.
Este pequeño ocaso de la aplicación que promueve citas, en muchas ocasiones rápidas y con un propósito estrictamente sexual, tiene que ver con la confianza, afirma el psicólogo Fernando Pérez del Río: «Estamos viviendo un momento en el que hay una gran crisis de confianza, no te fías de todo lo que sea externo a ti y, por supuesto, esto afecta también a las relaciones amorosas y sexuales. No he visto estudios pero tengo la percepción de que la gente se está quedando con los más cercanos y no le apetece ir a buscar a extraños porque hay que pensar, entre otras muchas cosas, que está en juego algo tan importante como es la higiene y la salud».
Para este experto, las cosas se han complicado extraordinariamente en el ámbito de las relaciones amorosas: «Ahora lo queremos saber todo, con quién ha estado la otra persona, quién es su familia... No hemos vuelto a la normalidad de antes y, de hecho, creo que podríamos estar ante un cambio de paradigma en cuanto a las relaciones amorosas y sexuales: es más fácil que ahora alguien se enrolle con su vecino que con un desconocido y que se vaya más despacio. La gente tiene miedo al contagio y ha echado el freno».
Para la sexóloga Almudena Abajo Cruces, tampoco ayuda a la hora de establecer una relación llevar mascarilla a todas horas: «Apenas se ven los ojos y esto resta confianza frente a cuando ves la expresión de una persona y sus gestos. La comunicación no verbal, que es tan importante, se ha limitado bastante y podría haber afectado a la disminución del deseo sexual, a la que también ha podido contribuir la ansiedad social, las estrictas medidas de higiene y la incertidumbre, el distanciamiento se produce a todos los niveles».