«Cuesta creerlo, pero parece que la foto tuvo que ver»

G.G.U.
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Cuatro exjefes de servicio del HUBU que han dimitido o han sido relevados contestan a DB sobre el proceso de renovación de jefaturas. Enseguida saldrán otras cuatro, entre ellas Psiquiatría

La renovación de jefaturas iba a iniciarse en 2020, pero la pandemia lo paralizó. Ahora se ha acelerado. - Foto: Alberto Rodrigo

Javier Sánchez Manuel empezó su carrera profesional como enfermero en el hospital madrileño 12 de Octubre, en el equipo del pionero en trasplante de hígado Enrique Moreno González. Ya casado y con hijos, estudió Medicina en la Universidad Complutense y, al terminar, trabajó como médico de familia en Pinto. Cuando aprobó el examen MIR empezó la residencia en Burgos. La terminó en 1994 y para ese momento ya había defendido la tesis. En 1995 lo contrataron como interino en Burgos y, a partir de 2006, se especializó en cirugía hepática y pancreática. En 2014 fue nombrado jefe de Cirugía General en el HUBUy el verano pasado, cuando se presentó a la convocatoria de la plaza para continuar al frente del servicio, su currículo contó cinco puntos sobre cien.

Esta jefatura fue la primera para la que la gerencia del HUBU convocó un proceso de selección en el que los aspirantes han de defender un proyecto ante un tribunal público, que se evalúa y puntúa, aunque el nombramiento se hace mediante el sistema de libre designación. Solo en este caso y en el de Rehabilitación, el currículo ha contado un 5%. Una vez que se publicaron en el BOCYL las plazas para dirigir Radiodiagnóstico y Ginecología, tanto el Colegio de Médicos como el sindicato médico CESM exigieron que se incrementara la puntuación del currículo y la dirección del HUBUaccedió a aumentarla a un 30%. «Parecía que era reírse de ellos», afirmaron en su momento fuentes del sindicato, siempre contrario al sistema de libre designación.

La cuestión del currículo, que puede parecer menor, ha sido el comienzo de un desencuentro entre la gerencia del HUBU y el Colegio de Médicos a cuenta del proceso que ha terminado en el juzgado. La organización gremial considera y defiende que los tribunales que evalúan a los candidatos no se han conformado de acuerdo a la normativa y la dirección del complejo asistencial argumenta que sí. Desde el momento en el que José María Romo tomó posesión como gerente del HUBU, a finales de septiembre de 2019, anunció que uno de sus objetivos iba a ser adecuar los puestos de jefe de servicio a la normativa autonómica, que determina que cada cuatro años debe haber una «evaluación» de los directivos nombrados mediante el sistema de libre designación. Y no suele hacerse.

La llegada de Romo estuvo precedida de una imagen insólita en Burgos, en la que la mayoría de los 40 jefes de servicios asistenciales del HUBU y buena parte de los responsables de las distintas secciones asistenciales salieron en defensa del proyecto que había liderado la anterior gerencia, encabezada por Miguel Ángel Ortiz, y reivindicando que la Consejería de Sanidad explicara qué planes tenía para el complejo asistencial de Burgos a corto, medio y largo plazo. Sánchez Manuel explica ahora que aquella imagen se interpretó «como una defensa personal a capa y espada de la anterior directiva y no era así, era hablar de los proyectos que teníamos en marcha».

El tema se habló con Romo y la consejera, Verónica Casado, y parecía haberse encarrilado hasta que, a comienzos de 2020, empezó una cascada de dimisiones de jefes de servicio:Oncología Radioterápica, Cirugía Plástica, Medicina Interna, Aparato Digestivo, Traumatología, Neumología... Las razones eran dispares y la dirección del HUBU avanzó que se iba a aprovechar para iniciar el proceso de adecuación de jefaturas a la normativa. Pero el estallido de la pandemia trastocó los planes y el tema quedó semi paralizado hasta el verano, cuando se convocó la plaza para Cirugía General. Sánchez Manuel se presentó, pero no la consiguió. «No les gustaba. No les gusto. No sé si era una cuestión personal o mi forma de hacer, que no les parecía adecuada», dice ahora, cuando ya se ha completado el proceso para cubrir otras cinco plazas. El HUBUha sido el hospital de la Comunidad que más jefaturas de servicio ha renovado por este sistema en 2021, durante la tercera y cuarta oleadas de coronavirus. Ha sucedido en Rehabilitación, Radiodiagnóstico, Ginecología, Anestesiología y, la última, en Oncología Médica. Y está previsto que enseguida salgan las plazas de Psiquiatría, Reumatología, Neurocirugía y Alergología.

Cuando se pregunta por el porqué de la celeridad de estos relevos en Burgos, la respuesta entre quienes han cursado baja y entre quienes «todavía» no, es unánime: la foto de jefes de 2019. Pero muy pocos se atreven a afirmarlo en este periódico con nombre y apellidos. Solo lo han hecho el cirujano Javier Sánchez Manuel, el ginecólogo Javier Martínez-Guisasola, el endocrino Enrique Ruiz y el traumatólogo Manuel Perales; los dos primeros fueron relevados y los otros dos dimitieron, por razones distintas. Pero, por separado, los cuatro coinciden en expresiones tales como: «Puede ser coincidencia, pero parte de los que estábamos en la foto ya no estamos. Unos se fueron voluntariamente y otros no tanto»; «Hasta cierto punto entiendo el relevo, pero parece un ajuste de cuentas, en el que van desapareciendo personas de la foto. Cuesta creerlo y no digo que sea así, pero lo parece»;«Quitan a los más antiguos. No sé si es cierto lo de la foto, pero se va cumpliendo».

Martínez-Guisasola, afirma que «en mi caso y especialidad, creo que existió un compromiso político e ideológico. Yo estoy de acuerdo con que haya renovación de proyectos, pero siempre que sea para mejorar; no cambiar personas por cambiarlas». Él también se presentó de nuevo a la convocatoria de la plaza y, como Sánchez Manuel, fue relevado. «Pienso que por un asunto personal entre la dirección y yo. Y eso no justifica la renovación de un proyecto», concluye.

Obviando la cuestión administrativa que ha denunciado el Colegio de Médicos, todos señalan que la evaluación de las jefaturas cada cuatro años está recogida en la norma y es de aplicación desde el año 2014, pero insisten en que no entienden el porqué del ritmo del HUBU. Los cuatro llevan más de treinta años en Burgos, han trabajado con siete gerentes y no recuerdan nada parecido. «Puede haber gerencias autoritarias, pero tan desnortadas como esta...», dice Enrique Ruiz. «En plena pandemia, te preguntas si esto es lo más importante», añade Perales.

De todo lo sucedido, lo que menos se entiende es lo de Oncología Médica. El oncólogo que montó el servicio en Burgos y lo ha dirigido desde el principio, Carlos García Girón, cumple la edad de jubilación en otoño, pero su plaza se convocó en abril y el nombre del especialista que lo liderará a partir de ahora -él no se presentó- se comunicará en días. Se da la circunstancia de que García Girón llevó la voz cantante en la famosa foto. «Ha sido tan poco elegante que da pena», afirma Manuel Perales, en consonancia con los demás. «Carlos es un profesional como la copa de un pino y, hacerlo así... Espera unos meses y sé un poco elegante», añade Ruiz.

Más de año y medio después del hecho que, dicen, acompaña la dimisión de siete responsables de servicio asistencial en 2020 y el relevo de cinco en el primer semestre de 2021, dicen desconocer qué proyecto se tiene para el HUBU. «Ojalá lo haya, pero yo no lo conozco», señala Perales, también en consonancia con Sánchez Manuel, quien dice que «no sé si lo hay, pero yo lo ignoro. Ahora, bastante es mantener lo que tenemos».

Tanto Martínez-Guisasola como Sánchez Manuel explican que se presentaron a su convocatoria de plaza convencidos de su gestión y de haber aportado a la calidad de la asistencia en el HUBU. Aunque luego se haya escogido a otros.