Los críticos de Cs piden una purga tras el adiós de Rivera

I.E.-J.M.
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El aparato alaba al ya expresidente naranja por su responsabilidad. Ignacio Delgado llama a la prudencia para «analizar la situación» y Gloria Bañeres subraya que los actuales dirigentes «han roto» el partido en Burgos

Rivera charla con Nacarino-Brabo en presencia de Rodríguez, Igea, Navazo, Fuentes y Delgado, entre otros. - Foto: Alberto Rodrigo

La brecha que se había abierto entre la Ejecutiva local de Ciudadanos y los críticos ya era de dimensiones considerables antes de las elecciones del domingo, pero tras la debacle del 10-N se ha transformado en un auténtico abismo. El aparato provincial, poco partidario por ahora de hacer declaraciones públicas, hace un llamamiento escueto a la prudencia. Su secretario provincial, José Ignacio Delgado, consideró ayer que a Albert Rivera «le honra» haber dimitido y dejado la política, una postura que calificó de «responsable». Sobre el estado en que queda la formación naranja en Burgos tras el cataclismo  electoral, el procurador en las Cortes de Castilla y León advirtió de que «hay que hacer un análisis entre todos de la situación». Por su parte, el concejal de Cs en el Ayuntamiento, Vicente Marañón, rehusó hacer cualquier comentario a este periódico.

La facción crítica del partido -que está fuera en estos momentos de los órganos de dirección locales- considera que se trata del momento de hacer limpieza en todos los niveles, tanto en Madrid, como en Castilla y León como en la provincia de Burgos. Gloria Bañeres, su principal portavoz, reconoce que el domingo tuvo muchas dudas de que el líder nacional ‘naranja’, Albert Rivera, dimitiera. «Le perdono que retrasara el anuncio hasta hoy (por ayer) por la mañana, aunque era de cajón que tenía que irse», agrega.

Bañeres quiere ser «positiva», pero estima que el hundimiento en los comicios generales pone en duda «el futuro del partido», que depende de un «cambio tanto en la estrategia externa como interna».  En su opinión, la formación naranja ha laminado toda pluralidad con una «estructura presidencialista, que ha centralizado todas las decisiones y ha copado todos los cargos orgánicos». Esta circunstancia, a su juicio, «ha provocado la desazón y la desilusión» de numerosos militantes, a quienes el aparato «ha invitado a coger la puerta y abandonar la formación» si no estaban de acuerdo con la línea oficial. En este sentido, confía en que los líderes locales -como Lorenzo Rodríguez o Vicente Marañón- también abandonen el partido. Para lograrlo, espera que Francisco Igea agite el árbol «para limpiar» el partido, aunque admite que será complicado. Será fundamental también ver quién termina mandando en Madrid. Bañeres no confía en Inés Arrimadas, sino en Luis Garicano, «un hombre válido, inteligente y con mucha experiencia», capaz de tomar las riendas de la formación  para recuperarla del hundimiento.

En esa misión «será muy importante también un cambio de la estrategia de pactos con los partidos». Para la exconcejal de Ciudadanos en Burgos, el fracaso se ha producido «por abandonar el centro político, que permitía» a la formación naranja «acercarse a la izquierda y a la derecha dentro de una horquilla moderada». El no a Pedro Sánchez «ha pasado factura», más cuando Albert Rivera tuvo -y perdió- «la posibilidad de haber gobernado» junto al PSOE en una situación ideal «para cortar las alas al independentismo, a Bildu y a toda esa gentuza».

La hasta hace dos días candidata al Congreso de los Diputados por la provincia de Burgos, Aurora Nacarino-Brabo, alabó la decisión de Rivera ya que «tras una debacle así, no estamos acostumbrados a que se tome una decisión de este tipo. Es algo que me reconcilia con la política».

Nacarino defendió que «ha quedado muy claro que el líder nacional de la formación naranja no tenía ambición de aferrarse al cargo ya que siempre ha recordado que venía de la vida civil» y ahora ha demostrado, por si alguien lo dudaba, que sus palabras eran ciertas.

Preguntada sobre si Inés Arrimadas es la sucesora natural de Rivera, comenta que en este momento es el «mayor liderazgo que hay en el partido».Y sea quien sea, apela a que su formación haga un esfuerzo por retener y atraer el talento.