Por su parte, Alejandro Robles, nuevo entrenador del conjunto juvenil asegura que su nuevo rol en la entidad le llegó por «sorpresa» el pasado lunes tras la salida de Roberto Santamaría. «Me defino como un hombre de club que estoy ahí para lo que necesite. Me toca coger las riendas del División de Honor, que en gran medida fui yo el que ejecutó la contratación de los jugadores. Lo hago con ilusión y profesionalidad para representar de la mejor manera el nombre de la ciudad y la institución», argumenta.

Afirma que su relación con el entrenador saliente era la que se tiene con un «compañero de fútbol y del gremio de entrenadores» y añade que es «un muy buen profesional». «En la llamada telefónica le dije que me tendrá siempre para lo que necesite y en lo que le pueda ayudar», añade. Indica que conoce a la perfección a la plantilla, ya que «convivía con ellos como director de cantera y metodología y participaba en los entrenamientos porque es mi responsabilidad». 

Deportivamente habla de una situación «difícil porque vamos últimos», aunque prefiere ver el vaso medio lleno (...).

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