La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha repetido en sus intervenciones diarias de las últimas semanas de crisis del coronavirus que «la consulta telemática ha venido para quedarse». Una afirmación que su departamento pone ahora por escrito, explicando que, al menos en la Atención Primaria, «se mantendrá la consulta no presencial como actividad fundamental» sin especificar durante cuánto tiempo. Sin embargo, para los casos en los que el paciente «acude de urgencia al centro de salud» con unos síntomas que no sean compatibles con la enfermedad del SARS-CoV-2 (la covid-19) será el personal de Enfermería el responsable de la valoración.
No es la primera vez que la asistencia a distancia se pone sobre la mesa. Casado ya lo planteó en otoño, en el plan de reorganización de la Atención Primaria para el medio rural que se probó en una zona de Zamora. Ahora, en la documentación sobre el proceso de recuperación de la normalidad remitido al Ministerio de Sanidad, se explica que la pandemia es «una oportunidad para rediseñar la Atención Primaria que queremos tener» y, así como destaca que hay actividades esenciales para la asistencia ambulatoria por recuperar, defiende que hay «algunos cambios que se han producido estas semanas y que tenemos que mantener, como es el control de la gestión y canalización de la demanda por los profesionales y la eliminación de tareas sin valor añadido». Esto es algo que se está haciendo a través del teléfono, con una conversación previa a toda visita a un centro de salud en la que el personal decide qué pacientes pueden ser atendidos telemáticamente y quienes necesitan una cita con presencia física. Pero para ello, siempre, tendrá que haberse producido una valoración telefónica previa. Y esto rige tanto en ámbito urbano como en el rural.
El protocolo general para la Atención Primaria en esta nueva etapa de convivencia con el coronavirus es mantener dos circuitos de entrada al espacio sanitario: uno para pacientes con síntomas propios de una patología respiratoria y susceptibles por lo tanto de estar contagiados por esta cepa histórica y otro para los denominados enfermos ‘limpios’, que son personas con una clínica diferente a la de la covid-19. Pero la directriz marcada por la Consejería de Sanidad es minimizar al máximo los riesgos de propagación de la infección con una actividad basada, por ahora, en el teléfono.
Así, se indica que el paciente puede solicitar consulta telemática con el médico, enfermero, matrona u otros profesionales y que, una vez informado de que no hay lugar al desplazamiento y que la atención se va a prestar por teléfono, la llamada del centro de salud tendrá que efectuarse «en el mismo día o al siguiente». Solo en casos «excepcionales» podrá demorarse «más de 48 horas».
Este criterio rige incluso para las matronas, a quienes se les invita a mantener la consulta a distancia y reservar «la presencial concertada para las citas más necesarias de seguimiento del embarazo».
En función de los casos. Tanto en las intervenciones de la consejera como en los documentos remitidos al ministerio que encabeza Salvador Illa se da a entender que el cribado telefónico para la consulta presencial se va a perpetuar. En ningún momento se avanza cuándo terminará esta forma de trabajo y, de hecho, se especifica que la recuperación de actividad estará vinculada a «la existencia de casos sospechosos y confirmados» en el ámbito geográfico que le corresponda al centro de salud en cuestión.
Atendiendo a la situación de la capital en los últimos siete días, Santa Clara sería el centro de salud que más tardaría en recuperar las consultas físicas porque es el único con más de 2,5 contagios confirmados por cada 10.000 habitantes. En el resto, la situación es distinta porque ya están por debajo de ese umbral.