Decimotercera jornada de liga en Asobal (aunque únicamente octavo partido para el Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda), y segundo derbi de la temporada para el conjunto ribereño. Los pupilos de Alberto Suárez se enfrentan esta tarde a partir de las 17.00h. en el Príncipe de Asturias a un Atlético Valladolid lanzado en la clasificación (la escuadra que dirige David Pisonero es tercera en la tabla con 14 puntos), pero que llega a orillas del Duero tras haber caído, como el cuadro amarillo en su día, recientemente también alguno de sus integrantes en manos de la COVID-19.
Lo demuestra el hecho de que en el pasado encuentro del miércoles frente a BM Cisne, alguna de las piezas más relevantes del equipo vallisoletano -como Diego Camino, que no estará tampoco en Aranda esta tarde-, o el propio técnico pucelano, fueran ausencias significativas en el enfrentamiento ante el combinado gallego. Un punto que hizo sufrir a los inquilinos del Huerta del Rey para conseguir la victoria (29-26), pero que, pese a todo, no sirve para que Alberto Suárez, se fíe demasiado de lo que puedan encontrarse sus muchachos esta tarde.
Y es que, por mucho que ahora sea Valladolid quien haya tenido que trastocar su hoja de ruta por la pandemia, el preparador asturiano no ha dejado de reconocer que «Valladolid es uno de los equipos más en forma de la liga». También que, aunque pasados los años, «su estilo es el de toda la vida». Esto es, un planteamiento de juego «rápido», donde, además, «han potenciado mucho más el juego con el pivote con la llegada de Ander Ugarte».
No es, sin embargo, la línea de seis metros la única virtud que atesora el cuadro pucelano para Suárez. Según éste, la plantilla pucelana «tiene ocho o nueve jugadores de un nivel altísimo y con mucha experiencia en la categoría». Hechos que se manifiestan en figuras de la talla del propio Camino en el central (aunque en este caso no vaya a ser de la partida), el internacional de las inferiores en su día Adrián Fernández (ex también arandino), Víctor Rodríguez, o el más recientemente llamado a órdenes de Jordi Ribera en la selección absoluta, Miguel Martínez.
En definitiva, un bloque prácticamente «sin fisuras» y aupado en una «muy buena portería» con la dupla bajo palos de Carlos Calle y César Pérez, como reconocía el propio técnico asturiano, pero que quizás pueda adolecer de su mayor defecto «en el fondo de armario en un momento dado». Una dolencia que tratarán de explotar en bando arandino con la suma a la causa de Baronetto y Pombo (bajas en el Palau), aunque se antojará difícil al no disponer, esta vez a su lado, el equipo de la afición local en la grada.