Con la ilusión de un niño 7 meses después

J.A.D.C.
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Lesionado el pasado noviembre, Borja Plaza cuenta ya los días para volver a entrenar con la Arandina

Plaza conduce el balón durante el pasado encuentro ante el Júpiter Leonés en el que caía lesionado. - Foto: Julio Calvo

Borja Plaza por fin empieza a ver la luz al final del túnel. Lesionado de larga duración por lo que en un principio se pensó era pubalgia (venía arrastrando molestias y no participando en el juego desde la jornada 13 de liga), el lateral vallisoletano terminaba por operarse el pasado 26 de mayo en la clínica Rúber de Madrid tras habérsele diagnosticado poco antes del inicio de la pandemia un pinzamiento del nervio ciático que le afectaba la movilidad. Una intervención que, ha relatado a DB, fue bien porque «salí caminando del hospital» (se espera incluso que regrese a los entrenamientos la próxima semana), pero que continuó atormentándole tras los primeros días ‘pos quirófano’ al no sentir mejoría alguna.

«Vamos poco a poco mejor, pero la primera semana es verdad que tuve un poco los mismos síntomas que antes de la operación y eso me agobió muchísimo», señala un Borja Plaza ilusionado por el futuro que le espera al equipo en julio, pero sobre todo por haber logrado superar un escenario personal que ha calificado de auténtico «calvario».

Un hecho éste, agónico, que le hizo hablar con el médico a los pocos días de pasar por sus manos y que sólo acabó por asumir, tras explicarle el sanitario que la situación era «completamente normal» dadas las circunstancias de su cuadro cínico.

«Ya voy notando un poco el alivio», reconoce. Pasos cortos en el tiempo satisfactorios, pero que tardarán aún en estabilizarse puesto que, como le indicaron en su momento, «la zona ha tenido mucha inflamación e irritación», y además «ha sido intervenida», lo que ha propiciado que, a mayores, surja, por el momento, una cicatriz con la que deberá convivir.

Sin embargo, el jugador se siente optimista tras el paso de 23 días desde su visita al quirófano.  «La verdad es que en su momento  -nada más salir-, ya podía hacer vida normal». No esfuerzos, como argumenta, pero sí valora que su experiencia no fuera similar ni por asomo a la que suele ocurrir al «operarse y tener que estar un mes postrado en la cama».

 

MOTIVADO. Una vez superado su tormento, Plaza se encuentra ya centrado únicamente en volver a sentirse jugador. Sin marcarse plazos forzosos, como manifiesta, el defensa vallisoletano acude religiosamente a sus sesiones de rehabilitación en su ciudad de origen. Una rutina acompañada de magnetoterapia, corrientes y masajes que le está ayudando a relajar la zona y, por la que esgrime,  «aún no he podido desplazarme todavía hasta Aranda para estar con los demás».

La evolución, favorable tras más de 227 días de penurias, bien podría hacerle regresar a los entrenamientos -aunque a un ritmo menos exigente que sus compañeros-, la próxima semana. Hecho éste que anhela con locura, y que le permitirá cerrar un círculo importante a nivel personal tras lesionarse el pasado 3 de noviembre frente al Júpiter Leonés en el, curiosamente, primer encuentro oficial de Alex Izquierdo en el banquillo.

«Después de haber esperado tanto tiempo, poder volver a estar con los compañeros y además tener esta oportunidad de ascender con el playoff, hace que uno tenga unas ganas locas por entrenar», finaliza. Motivación hay. Queda ahora ver si, en su regreso, Plaza es capaz de llegar a tiempo para poder ayudar al objetivo.