Casi imposible encontrar una casa en alquiler en La Bureba

S.F.L.
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La llegada de la nueva normalidad ha generado que los arrendamientos se disparen y que las viviendas vacías de los pueblos estén habitadas por veraneantes y turistas en julio y agosto

Casi imposible encontrar una casa en alquiler en La Bureba

Los alquileres de viviendas de verano en los municipios de la comarca burebana se aproximan al 100% de ocupación, según los datos ofrecidos por agencias inmobiliarias, vecinos y propietarios de casas y pisos arrendados. La España vaciada crece como cada año en verano, pero este destaca de los anteriores, en el que muchos ciudadanos han decidido no viajar al extranjero ni a zonas masificadas del litoral. El principio de las vacaciones marca el momento de hacer la maleta y volver al pueblo donde a muchos les esperan sus familiares y amigos.

En la capital burebana solo es necesario darse un paseo por el casco histórico para comprobar que el movimiento de gente es alto, pese a que se haya suspendido toda la programación cultural y de ocio de agosto y las piscinas no hayan abierto. Desde Briviesca Servicios Inmobiliarios aseguran que nunca habían recibido tantas llamadas procedentes de clientes interesados en alquilar pisos para todo el verano y para comprar casas con terreno en los pueblos. «Aunque no gestionamos arrendamientos de verano atendemos muchísimas peticiones que trasladamos a los propietarios de las viviendas. Tengo constancia de que todos los pisos que estaban disponibles para la temporada estival se han ocupado al 100 por 100 este mes», expone una de las empleadas de la agencia.

Las vacaciones también han llegado para los que viven en los pueblos más pequeños. Para los que nunca se fueron y los que han vuelto para quedarse ven con alegría cómo las casas vuelven a abrirse, las calles se llenan de niños y hay más vecinos con los que pasar las noches al fresco. En el caso de Poza de la Sal, personas vinculadas a la villa ha demandado alquileres para todo el verano para evitar juntarse en la casa familiar con gente por precaución respecto al coronavirus.  «También está el perfil de veraneantes que en otras ocasiones se hubiera marchado unos días a la playa y este año ha preferido quedarse en el pueblo», exponen desde la Oficina de Turismo, que a estas alturas del verano continúa atendiendo llamadas de interesados en el alquiler y en la compra en la localidad.

El obstáculo con el que se topan aquellos que pretendan arrendar un apartamento o una casa en los pueblos es que la gran mayoría son alquileres de larga duración, por lo que la disponibilidad únicamente para verano es prácticamente nula. En Frías apenas cuentan con viviendas libres solo para dos meses, al igual que en Oña. Son localidades a las que acude gente de la ciudad durante todo el año y la demanda es elevada los doce meses.

Los hosteleros triplican el servicio. «Este verano estamos trabajando como hace mucho tiempo», declara una de las camareras del restaurante El Cazador de Oña. Esta es la opinión generalizada de los trabajadores de la hostelería en los pueblos de la comarca burebana.  Los empleados de las cuatro oficinas turísticas de la comarca -Briviesca, Poza de la Sal, Oña y Frías- coinciden en que la forma de viajar ha cambiado y que destaca en todo el territorio el turismo familiar y de pareja. Sin embargo, los viajes de interior están al alza como destino seguro.

En Frías, que durante el mes de julio el número de visitantes ha aumentado un 10% respecto a 2019 alcanzando los 8.246 turistas, no disponen de tiempo y espacio físico para atender a todas las personas que demandan comer. Los propietarios aseguran que hay días que han llegado a «triplicar el servicio y que aún así hay gente que abandona el municipio sin ser atendida».