La Ribera teme que el aislamiento de Aranda expanda el virus

I.M.L.
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Muchos de los casos que se están detectando en la zona de salud de Aranda Rural proceden de otros positivos diagnosticados en la capital. Estos municipios han registrado 17 contagios en 24 horas

Gumiel de Izán es una de las localidades donde ya han llegado los primeros contagios. - Foto: M.A. Valdivielso

Entre la cautela y la preocupación se debaten los distintos municipios que conforman la zona de salud Aranda Rural, cuya estrecha relación con la capital ribereña, tanto en el ámbito laboral y social como en el sanitario, está empezando a tener consecuencias en sus datos de positivos. En menos de una semana han pasado de no tener ningún caso registrado a acumular 62 positivos. Una cifra que ha crecido desde que se decretaron las medidas de control en Aranda de Duero. Y los alcaldes del entorno lo achacan a dos motivos principales: a la realización de pruebas PCR que hasta ahora mantenían el índice de contagio en el desconocimiento pero que ahora lo sacan a la luz y a la diáspora de vecinos arandinos que han optado por regresar a los distintos pueblos para huir del confinamiento.

Y es que en los municipios que circundan la capital ribereña se asocian los casos positivos y los sospechosos de serlo con contagios realizados a partir de alguien detectado en Aranda. "Se están haciendo muchas PCR a gente que ha tenido contacto con positivos de Aranda pero no sabemos ni cuántas ni a quienes, no nos facilitan esos datos, con lo que nosotros no podemos hacer más que confiar en que esa gente que está a la espera o que ha dado positivo se quede en su casa a guardar la cuarentena", apunta Lidia Arribas, alcaldesa de Caleruega, que al menos respira aliviada al insistir que en la residencia de ancianos de su localidad no hay ningún caso "y se han hecho pruebas todos, personal y residentes, sin que hayan salido casos positivos".

En la misma línea se manifiesta el primer edil de Gumiel de Izán, Jesús Briones, que sabe que hay casos entre sus vecinos pero desconoce el número. "La gente está asustada por lo que pasa en Aranda y se va corriendo la voz", reconoce, poniendo como ejemplo que uno de los establecimientos hosteleros de la localidad permanece cerrado por contar con dos positivos, "uno de Aranda y otro de Gumiel".

Eso mismo sucede en Milagros, donde hay vecinos "esperando las pruebas del contagio principal para saber si tienen que hacérsela o no", como especifica su alcalde, Pedro Luis Miguel, que verbaliza las incongruencias que está provocando el confinamiento de Aranda. "Creo que el confinamiento se tenían que haber ampliado en el territorio porque se sabía que había contactos de gente de Aranda con los de los pueblos", explica, ya que en estas épocas estivales es muy habitual el traslado a las viviendas en los municipios y la llegada de veraneantes de otras grandes ciudades de la región y de fuera de ella.

De manera general, el foco se vuelve a poner en el segmento más joven de la población, entre el que se considera que se llevan a cabo más incumplimientos de las normas básica para evitar la propagación del virus (mascarilla siempre, higiene de manos y distancia social). Sobre todo en las localidades que la pasada semana y esta tendrían que estar celebran sus fiestas patronales. "La chavalería ha hecho las no-fiestas por su cuenta, se les ve estar por ahí hasta altas horas de la madrugada, y la Guardia civil no da a basto para controlar todos los pueblos", lamenta Arribas, que tendría que haber tenido su fiesta mayor el pasado fin de semana. "El principal problema es que la juventud no es consciente de lo que hay, falta concienciación y no sirve de nada lo que les digamos", se queja Briones, que lleva ya diez bandos emitidos para recordar las normas de la "nueva normalidad" sin que vea los efectos en parte de sus vecinos.