Una crisis siempre abre numerosas oportunidades de negocio.Y si no que se lo digan a los gerentes de Torreplas, en el polígono Burgos-Este (Gamonal), que han reorientado parte de su fabricación habitual de envases de plástico para adentrarse en el mundo de la confección de mascarillas. Desde hace un par de semanas tienen operativas dos modernas líneas de producción que elabora las de tipo quirúrgico, y en breve instalarán una tercera para sacar al mercado unas más efectivas, las denominadas FFP2.

En números, la inversión que la empresa familiar burgalesa ha realizado durante los últimos meses alcanza el millón de euros, que contempla, además de aumentar su facturación, generar un mínimo de 18 nuevos puestos de trabajo a corto plazo para no parar la cadena en ningún momento del día.

Todo comenzó a principios de verano, tras la primera oleada de contagios. Ángel Torres y sus hermanos, al frente de la compañía, contactaron con su proveedor de equipos industriales para sondear la posibilidad de fabricar ellos mismos un objeto que acababa de anunciarse obligatorio en la vía pública por aquél entonces. Desde la firma sevillana AND&OR y Franco Dolfini Automatismos, que ya había desarrollado y puesto en marcha otras instalaciones similares en España, les enseñaron el modelo de línea de mascarillas quirúrgicas y los Torres ni se lo pensaron.Adquirieron dos máquinas que fabrican seis millones de unidades al mes, unas 200.000 cada 24 horas.Además, la semana que viene llegará hasta sus instalaciones otra máquina capaz de elaborar cinco millones de las de tipo FFP2 (alrededor de 150.000 al día).

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)