Poza amplía su oferta hostelera en 50 plazas

S.F.L.
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Isabel Párraga y Gary Farré arrendaron su local de Estella para emprender en la villa salinera. También pretenden abrir un restaurante y otro alojamiento

Poza amplía su oferta hostelera en 50 plazas

La localidad burebana de Poza de la Sal ha ampliado el servicio hostelero en 50 plazas este verano con la inauguración del Hostal-Restaurante Gary, un local ubicado en pleno casco histórico del municipio. Con este nuevo negocio, los vecinos y turistas disponen de tres locales adaptados para dar servicio de desayunos, comidas y cenas: el Hotel Casa Martín, que cuenta con un amplio comedor para 75 clientes y La Red, que ofrece platos más informales y tapas. No obstante, en la villa salinera hay cinco establecimientos con barra de bar donde poder alternar.

Los propietarios del novedoso negocio, Isabel Párraga y Gary Farré, abrieron las puertas de su hostal el pasado 6 de julio, «coincidiendo con los festejos de San Fermín como dos buenos navarros que somos», declara la mujer. Ambos regentaban un establecimiento similar en Estella pero su espíritu emprendedor les hizo ampliar su negocio más allá de las fronteras de su tierra.

«Nuestro primer pensamiento se trasladó a la provincia de Burgos y navegando por la red nos llamó la atención una antigua casa a la venta en Poza», declaran los empresarios, que antes de adquirir el inmueble pretendían abrir un local de características similares al que gestionaban en el municipio navarro. Este hecho se transporta cuatro años atrás, en el momento en que comenzaron las obras de reforma de una casa bastante deteriorada.

Según los emprendedores, el inicio no ha podido ser mejor y sienten un profundo sentimiento de agradecimiento hacia los pozanos que «tan bien nos han acogido», indican. Desde el momento de su apertura el trabajo no ha dado un respiro al matrimonio, que ha optado por mantenerse cauto y no abrir hasta la Semana Santa del próximo año las diez habitaciones dobles que el local dispone para alquilar en la planta alta. «Aún nos quedan por rematar algunos detalles y con todas las medidas que nos exigen como consecuencia de la COVID-19 preferimos esperar», aclara la hostelera.

Gracias a la apertura del negocio, en Poza se han generado cuatro puestos de trabajo; los dos del matrimonio y el de otras dos mujeres, que formaban parte de la plantilla del hostal navarro pero que quisieron acompañarles en la nueva aventura. «Por el momento no hemos contratado a ningún pozano porque veníamos con un equipo ya formado, pero sí hemos logrado que cuatro personas se establezcan en el pueblo», afirman. No obstante, una vez que comience el servicio de hospedaje necesitarán más personal.

Sin embargo, la pareja va más allá y no se conforma con lo que ha levantado. «Apostamos por el futuro del mundo rural y acabamos de comprar otra vivienda en el centro del municipio para transformarla a medio plazo en un restaurante y un pequeño hotel», revelan. El proyecto que persiguen es algo más ambicioso que el primero, ya que quieren destinar el futuro local como un lugar distinguido para celebraciones y para atender con elaboraciones de primer nivel a los vecinos y visitantes. «El hostal pasaría a ser un establecimiento de comida casera y más de día a día, como platos combinados, hamburguesas, sándwiches...», añaden.

Movimiento de día. Respecto a la época tan sufrida que están viviendo los hosteleros de todo el país, los navarros sienten tristeza. «El local se abrió en el peor momento y sin embargo trabajamos muchísimo. Esta zona de Burgos tiene un gran tirón turístico y no pensamos en el fracaso. Hemos venido para quedarnos», aseguran.

El verano en Poza está siendo, según sus habitantes, «raro». Pero esto no provoca que los viajeros dejen de moverse. Desde la Oficina de Turismo informan que las cifras de visitantes se mantienen con respecto a 2019 y que el Centro de Interpretación de las Salinas ha acogido más viajeros . «A diferencia de otros años, la gente pasa el día pero no se queda a pernoctar», explican.