Miranda con sabor a manzana

Ó.C.
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La empresa Brainapple desarrolla productos a partir de este fruto y en 2022 iniciará su elaboración en la ciudad. La fábrica se ubicará en la antigua planta de Coral de la carretera de Orón

Fernando Meana muestra los productos que comercializan en la empresa mirandesa. - Foto: Ó.C.

La apuesta de Fernando Meana por desarrollar productos extraídos de la manzana arrancó hace unos cinco años y a miles de kilómetros de Miranda. La idea de este químico mirandés dio sus primeros pasos en Colombia, donde empezó a dar vueltas «a las propiedades únicas» de este fruto. El proyecto continúa dando pasos en América «con una finca próxima a Bogotá», aunque Meana también ha iniciado un nuevo camino en España y eligió su ciudad natal para el desarrollo de su empresa: Brainapple.

Ahora, comercializan una «sidra natural», y a partir de ella, también innovan con otros productos, como zumos a los que añaden vinagre, lograda también a partir de la manzana. «Es bastante simple, pero está resultando, aunque a veces puede chocar», afirma Meana, que ensalza las cualidades de la mezcla sobre todo porque parte de un producto saludable.Además venden en su web un complemento vitamínico basado en el fruto, para mejorar la función cognitiva y la memoria.

Brainapple en un futuro aspira a tener plantaciones de manzanos en la zona, para lo que buscará establecer relaciones con agricultores locales y producir con materia prima de proximidad, aunque por el momento «tenemos un socio asturiano que hace la sidra conforme a nuestra línea». Meana puntualiza que «el desarrollo del proyecto agroindustrial tiene un tiempo de puesta en marcha», aunque avanza que la intención pasa por empezar a producir en la ciudad «a principios del año que viene», tanto en lo que se refiere «al zumo brain», como a la propia sidra. 

Con los productos definidos, el siguiente paso recae en tener las instalaciones necesarias para las transformación de la manzana, ya que hoy fabrica sus bebidas en Navarra «con nuestra fórmula que está patentada», matiza. Para hacerlo en la ciudad, la empresa ya cuenta con una localización, allí donde arrancó su actividad Galletas Coral. Las antiguas dependencias de la galletera en la carretera de Orón cuentan con unos 2.000 metros cuadrados. 

«Ya estamos en las instalaciones, pero para producir estamos habilitando los distintos espacios y cumpliendo con los requisitos de sanidad», aclara Meana, que subraya que «nuestra vocación está dentro de la industria agroalimentaria». Aún así, la intención del promotor implica vivir de cara a la ciudad y por eso escogieron su emplazamiento, «en un espacio singular y no en un polígono» para buscar una identificación con los mirandeses. En un futuro aspiran a dotarlo de un espacio, «más como exposición, como la Casa de la Manzana», para explotar también el turismo relacionado con estos productos, como sucede con el mundo del vino.

La idea arranca con «una capacidad de producción alta», pero lo complicado estará en la venta «donde hay más incertidumbre». En función de esta comercialización crecerá en aspectos como la plantilla o las propias instalaciones. Para avanzar, Meana confirma que «tenemos mucha confianza en nuestros productos». Sobre todo en la manzana y la innovación con la que entran en el mercado.