C.S.I. fecales

H.J.
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La UBU estima que en dos años tendrá los primeros resultados sobre la investigación de patógenos en la red de aguas residuales

C.S.I. fecales - Foto: Alberto Rodrigo

Es una nueva manera de testar la salud de una comunidad entera en lugar de hacerlo investigando sobre individuos concretos. Los análisis de las aguas residuales ya eran conocidos mucho antes de la pandemia de covid, en busca de drogas o metales pesados, aunque el coronavirus ha multiplicado su utilización y ahora casi todas las ciudades lo tienen. La capital burgalesa también, pero ahora la UBU y Aguas de Burgos quieren ir más allá, tratando de detectar otros virus y bacterias.

Ambas entidades han firmado un convenio de cuatro años de duración y una financiación global de 120.000 euros que permitirá trabajar al Centro de Patógenos Emergentes y Salud Global. Su director, David Rodríguez Lázaro, lo explica como «una nueva herramienta desde el punto de vista de la salud pública que nos permitirá anticiparnos a la presencia de agentes patógenos que pueden dar problemas, o bien analizar su evolución en tiempo real».

Se refiere a virus respiratorios como el covid o la gripe, porque se excretan por las heces. Con ellos se podría por ejemplo alertar a las autoridades sanitarias de crecimientos de las olas estacionales, que previsiblemente irán vinculadas a los inviernos.

Pero también a virus entéricos que se alojan en el intestino y que generan problemas digestivos, por ejemplo los tan habituales entre los niños pequeños. O a bacterias que cada año provocan sustos de mayor o menor calibre, como la salmonela o la difteria.

Y finalmente, pero no menos importante, a los microorganismos resistentes a los antibióticos, «la pandemia silenciosa de la que advierten muchos expertos que es un problema muy serio y amenaza con convertirse dentro de unos años en la primera causa de muerte, por encima incluso del cáncer», apunta Rodríguez.

(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos de este domingo)