El Príncipe se hace de Oro

Ó.C.
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El colegio público cumple 50 años y, pese a las dificultades, tratará de convertir en especial un curso marcado por la covid. La directora actual y su predecesor destacan la fuerte identidad de los alumnos que han pasado por el centro

Escena de los primeros cursos en la década de los 70, con los alumnos en el patio ejercitándose separados por sexos y uniformados. - Foto: DB

La letra del himno del CEIP Príncipe de España dice que este es «el colegio pilar en mi vida». Muchos mirandeses conocen de corrido sus estrofas y este curso las cantarán de manera especial, porque se cumplen 50 años desde que sus clases se llenaron de ganas de aprender y de enseñar. Los actos conmemorativos tendrán un perfil más bajo de lo previsto, pero su directora, Lydia Marcelo, no duda de que la celebración debe continuar. Pese a ello, «no se vivirá de la misma manera y teníamos otras perspectivas», reconoce resignada.

Este 2020-2021 disfrutarán del aniversario 391 alumnos, aunque Marcelo admite que «hemos tenido bastantes más». Desde 2004 ocupa el mando y recuerda que en estos 18 años han llegado a contar con más de 450 estudiantes. Su predecesor en el cargo, Chechu González, estuvo cuatro cursos sentado en ese despacho, pero durante veinte cruzó la puerta del colegio. Él también rememora tiempos en los que algunos padres hacían colas «desde las 5 de la mañana», para que sus hijos entraran en el Príncipe. Aún así, «hemos dejado a muchas familias fuera por la demanda que había».

Ambos asumen que el colegio  ha sido una referencia en la ciudad.  «Todavía me sorprende que todos los años tengo algún grupo de antiguos alumnos que me piden que les abra las puertas», añade Marcelo. También destaca la cantidad de padres que han pasado por el centro y que apuntan a sus hijos, por lo que resume que «la gente se siente muy identificada y a nosotros nos enorgullece», sin olvidar aspectos como la importancia del deporte y de la música en estos 50 años. González siente lo mismo y además reconoce que cuando pasea por la calle «me siento muy querido y hasta los alumnos que no he tenido me saludan».

Ambos desplegaron una pancarta para inaugurar los actos de celebración. Un acto sobrio por las limitaciones, pero con cierto simbolismo, porque el 10 de noviembre del curso de hace medio siglo, el colegio amplió sus alumnos tras un inicio en septiembre sin  su capacidad total. Así lo reflejan las actas, que también descubren que un poco antes del primer año lectivo, el 20 de abril de 1970, arrancó la actividad «casi de manera experimental», puntualiza la actual directora.

Para dar continuidad preparan una exposición, encuentros de antiguos alumnos, profesores y si es posible algún acto institucional. Además guardan una placa con el reconocimiento que dio la Junta de Castilla y León hace unos años por ser un centro reconocido por su bilingüismo, inclusión, uso de la tecnología y la seguridad. Los premios no se quedan aquí, pero la directora incide en puntos de mejora, para que el colegio soporte la pérdida de población. Por eso recuerda la necesidad de techar una parte del patio o hacerlo más accesible para potenciales alumnos con movilidad reducida. Todo para que el Príncipe siga siendo el pilar en la vida de muchos mirandeses.