Burgos irá "de menos a más" en un 2021 histórico

G. Arce
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En la confianza de que las vacunas hagan su efecto y normalicen la vida social y empresarial, el mundo económico mira al Año Jacobeo con una mezcla de "moderado optimismo" e "incertidumbre"

Vista general del polígono industrial de Villalonquéjar. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Hacer previsiones económicas de cara al año más complejo y, a la vez, más esperanzador al que se enfrenta Burgos tras la crisis histórica de la pandemia es un ejercicio de malabarismo que no todos se atreven a hacer. De entrada, la balanza de nuestro futuro más inmediato se inclina más a favor de que todo va a ir a mejor en 2021 en detrimento de que todo se precipite en una nueva debacle sanitaria y económica de proporciones inimaginables. Y ese todo, incluido la viabilidad de empresas y empleos, esta en manos de avances científicos inimaginables hace apenas unos meses, de la efectividad de las vacunas que poco a poco se van aprobando y del comportamiento del virus letal del que pretendemos inmunizarnos y liberarnos de una vez por todas.

 

Si la vacunación que comienza hoy en Burgos da resultados (como así parece) y no se generan rebrotes más virulentos como los que asolan Gran Bretaña, coinciden todos los consultados, la economía burgalesa está preparada para reactivarse rápidamente y a lo largo del primer semestre de 2021, aprovechando con ello toda la inercia económica y el impacto mediático que tendrán celebraciones singulares como el Año Jacobeo o el VIII Centenario de la Catedral, para las que lleva años preparándose.

 

Si algo falla en la lucha sanitaria y no se recupera la normalidad social y empresarial (lo que a día de hoy no puede ser descartable) no habrá ERTE, ni ayudas directas, ni rebajas de impuestos suficientes que nos libren de una drástica reconversión empresarial y laboral en los sectores más castigados en este 2020: la hostelería, el comercio, el turismo, el transporte de viajeros y, por extensión, toda la industria y los servicios que los abastecen.

 

La mezcla de "moderado optimismo" e "incertidumbre" ante 2021 parte de una realidad: Burgos ha llegado al final del año de la pandemia "mucho mejor de lo previsto" en primavera, aunque haya sido un "desastre total" para todos aquellos empresarios (y trabajadores) cuyo negocio y forma de vida dependen de aforos concurridos y de la libre movilidad de los clientes.

 

El comportamiento de la economía provincial ha sido más positivo de lo esperado en el tercer trimestre, el de la resaca del estado de alarma que duró de marzo a junio, gracias a la reacción de los principales clientes de nuestra industria, nuestros socios europeos. Ha sorprendido, en este sentido, el comportamiento del comercio exterior, sobre todo por las exportaciones en sectores como el agroalimentario, el químico y el farmacéutico.

 

"Somos una economía muy diversificada y con una ventaja muy importante: el peso de la industria en el PIB (del 31%)". Hay industrias que han repetido resultados e incluso que los han mejorado y otras, en cambio, que se han visto arrastradas por la drástica caída de la demanda en el sector horeca (hoteles, restaurantes, cafeterías).

 

En el comercio ha pasado lo mismo: frente a la debacle en el equipamiento de la persona, las ventas han sido muy positivas en alimentación, bricolaje, reformas o juguetería, sin olvidar la consolidación del comercio online.

La pandemia no ha afectado a un año de cosecha histórica, algo muy importante en una provincia considerada el granero de España y con un peso significativo de la producción de cereal en su PIB. Por contra, la ganadería (ovino y vacuno) se ha resentido seriamente por el cierre de los restaurantes, lo mismo que el vino, enfrentado a la paradoja de una vendimia excelente en calidad y abundante en cantidad con las bodegas llenas de stock por la caída generalizada de las ventas.

En la confianza de que las vacunas hagan su efecto y normalicen la vida social y empresarial, el mundo económico mira al Año Jacobeo con una mezcla de "moderado optimismo" e "incertidumbre"

 

AHORROS

 

Hay un factor añadido y no menos importante: buena parte de 2020 ha estado congelado el gasto familiar (no ha habido ocio, ni se ha ido de vacaciones, ni se ha viajado), pero se han mantenido los salarios y se han generado ahorros por encima del 8% de la renta natural de los burgaleses. Este fenómeno extremadamente conservador no es bueno para el consumo actual, pero su progresivo desembolsamiento permitirá curar la gigantesca contracción económica en la que estamos inmersos desde marzo. "Recuperando el nivel de gasto y consumo volveremos a la situación en la que estábamos en 2019".

 

"Creo que no ha sido un año perdido, tal y como temíamos en abril, a mucha gente no le ha ido mal. Sin ERTE esto hubiese sido un erial. La vida ha vuelto a los colegios y a la Universidad y poco a poco se van levantando las restricciones. Si la gente cumple, los contagios bajan", razona Carlos Alonso de Linaje, decano del Colegio de Economistas.

 

DEBILIDADES 

 

El reverso de la moneda, las debilidades de Burgos, sigue estando ahí, encabezado por el problema demográfico crónico y seguido por la crítica situación que viven sectores como la hostelería, el comercio, el ocio y la cultura.

"Esta crisis también ha puesto de manifiesto la poca presencia en Burgos de las industrias que más capacidad tienen para aprovecharse de la situación creada por la pandemia y de los cambios de hábitos que está provocando. Nuestra industria es muy competitiva pero en sectores maduros, no en ámbitos como la robótica, la producción de software y hardware, las telecomunicaciones, la generación de contenidos para internet, entre otros", reflexiona Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural.

 

De hecho, entre este claroscuro de balances, la incertidumbre en el sector industrial es máximo. Prueba de ello, advierte Andrés Hernando, presidente de la patronal del metal, es que la negociación del convenio sectorial está congelada "porque ni los empresarios ni los sindicatos tememos claro la situación en la que vamos a estar en 2021". "Estamos todos a la expectativa", resume, muy atento a la evolución de la crisis sanitaria en el mundo.

 

En Femebur dibujan un escenario muy desigual: si la industria de la automoción y de maquinaria ha superado "con dignidad" la situación y el año, hay muchos pequeños talleres "que lo están pasando fatal, en ERTE más de la mitad del año y conteniendo o reduciendo empleo".

 

La industria agrolimentaria, estratégica en Burgos, ha tenido un comportamiento ejemplar en este 2020, asegurando la cadena de abastecimiento de alimentos desde el sector primario hasta la mesa de los hogares confinados, demostrando su saber hacer en la transformación, la distribución y la logística en jornadas extremas. Durante los primeros días de la alarma nacional su trabajo a destajo fue vital para evitar un colapso como país.

Javier Dueñas, vicepresidente de Vitartis, la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León, y director de Campofrío Frescos, ya adelanta que esta fortaleza adquirida en tiempos de crisis seguirá presente en 2021. "Hemos aprendido mucho y hemos interiorizado lo aprendido, lo que nos ayudará para afrontar los problemas que puedan vivirse en el futuro".

 

La industria de la alimentación ve con optimismo el año 2021, aunque su negocio vinculado a la hostelería se haya desplomado un 42%. "Habrá contención del consumo en los supermercados y los hogares y estaremos supeditados a que abra o no la hostelería", lo que depende de la resolución de la crisis sanitaria. "El cuándo se recuperá esa normalidad genera incertidumbre en nuestro sector pues, recordemos, es la suma de muchos otros y cada cual con un comportamiento".

 

La recuperación de la confianza y la seguridad económica, analiza Javier Achirica, presidente del Colegio de Arquitectos, será clave para que la construcción (promoción de vivienda y rehabitación) mantenga un ritmo que no ha perdido en 2020, gracias a la inercia de proyectos generada en 2019. El año cerrará con datos similares en visados de vivienda y mucha actividad en la rehabilitación y reforma.

 

CRECEREMOS POCO

 

Aunque aún no hay datos cerrados, se baraja que el PIB provincial se desplome entre el 11% y el 13%, una caída histórica, aunque hubo momentos del año en que se temía que se superase el 15%. La debacle está ahí pero, si la vacuna devuelve la normalidad, se espera un efecto rebote que generará un crecimiento estimado en torno al 5% o el 6% del PIB provincial, una reacción extraordinaria "pero que no nos permitirá recuperar ni de lejos la situación económica que vivíamos en 2019", advierte Sobremonte. Se habla de 3 años (hasta 2023) como plazo necesario para volver a los crecimientos precovid.

 

"El primer semestre estará muy condicionado por la pandemia y por el fin de la anestesia generado los ERTE y el mar de liquidez inyectado por los créditos avalados ICO. En el segundo semestre, se espera que el nivel de vacunación sea muy relevante y volveremos a una vida más abierta que la actual, lo que mejorará los sectores más tocados", explica el financiero.

 

"La crisis sanitaria puede darnos unas noticias fantásticas o hundirnos en la miseria en los próximos meses. Lo que está ocurriendo en el Reino Unido es demoledor, colapsa el sistema productivo. Esto debe tener una duración porque ya hemos adelgazado demasiado", añade Alonso de Linaje. "Si todos volvemos a gastar lo que gastábamos antes con las rentas naturales, el crecimiento del consumo se producirá y 2021 será positivo".

 

"Es importante trasladar a la sociedad que por encima de la covid hay una vida y hay futuro. Nunca meter miedo", insiste el presidente de la Cámara, Antonio Méndez Pozo, firme defensor del mensaje de que el optimismo genera optimismo y hace crecer la economía.

 

FUTURO

 

Casi diez meses de pandemia han generado cambios con suficiente intensidad para que tengan continuidad en el tiempo. La digitalización y el comercio online se han acelerado a la vez que la interrelación social disminuye y que aumenta el miedo a viajar. "El poso que ha dejado la pandemia va a ser complicado de recuperar".

 

El presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, hace hincapié en la correcta utilización de los fondos procedentes de la Unión Europea y de la parte que corresponda a Burgos de esos 140.000 millones de euros previstos para el periodo 2021-2023. "Este dinero se debe aprovechar para proyectos viables, con perspectivas a largo plazo, con visión empresarial y que permitan retornos para la economía local". En este sentido, el presidente de la patronal aboga por invertir en ámbitos en los que aún no somos punteros como la innovación, la digitalización y la eficiencia energética.

 

También estos fondos pueden abrir una importante oportunidad para el desarrollo logístico de la ciudad, para la consolidación como zona franca aduanera tras el Brexit y para arropar la inminente llegada del AVE, añade Méndez Pozo.

Javier Dueñas, vicepresidente de Vitartis, aboga por destinar estos fondos extraordinarios a la transformación del modelo productivo de Burgos, enfocada hacia la sostenibilidad, la digitalización y la cohesión territorial. "Sería muy buena la colaboración público-privada para afrontar esta transformación y convertirla en oportunidad de futuro".

 

CATEDRAL

 

2021, no hay que olvidarlo, es Año Jacobeo y se celebra el VIII Centenario de la Catedral de Burgos, una confluencia de citas históricas que la ciudad viene preparando los últimos años. "Burgos tiene que ser una ciudad de acogida gracias a la cantidad de actos programados". Ha de destacarse el protagonismo que van a cobrar la Vuelta Ciclista a España, la exposición de Las Edades del Hombre y una carga agenda de conciertos y actos culturales en los que la seguridad sanitaria debe estar garantizada.

Los cambios en el consumo que se están consolidando también tendrán reflejo en la industria agroalimentaria. Javier Dueñas apunta a tendencias como la importancia de la seguridad en la alimentación, la salud en los alimentos, la apuesta por los productos locales y los formatos de consumo en el hogar, "el nuevo espacio de socialización a falta de los restaurantes". "Nos enfrentamos a un consumidor en evolución y la industria burgalesa le tiene que aportar soluciones a sus necesidades", dice el vicepresidente de Vitartis.

 

En los próximos doce meses también se materializará la reestructuración del sector financiero, inmerso en fusiones para reducir costes y ganar en eficiencia. Es un fenómeno de dimensiones europeas pero que tendrá reflejo en Burgos con la continuidad en los cierres de oficinas y los recortes de personal bancario de los grandes del sector.

 

En el campo, explica Esteban Martínez, secretario de Asaja, saben que la evolución del coronavirus no afecta al cereal pero sí, y drásticamente, a la ganadería que abastece a la hostelería. "La PAC trae mucha incertidumbre al próximo año porque sabemos el presupuesto que maneja pero no la forma en la que se va a repartir. Tememos el mismo dinero pero somos más a repartir y algunos pagos estarán condicionados al cumplimiento de una serie de concidionantes cada vez más difíciles de cumplir, lo que mermará la renta del agricultor".