El encarecimiento de los combustibles fósiles ha propiciado un momento de expansión para la red de calor de Aranda de Duero. Tanto que solamente en la última semana se han sumado 100 viviendas más a este proyecto energético basado en la biomasa como alternativa para calentar los hogares. 

Fuentes de la empresa soriana Recursos de la Biomasa (Rebi) detallan que con este empujón han superado las 1.000 viviendas en la capital ribereña desde que la red comenzó a funcionar en septiembre de 2019. Son varios los factores que explican este crecimiento. Fundamentalmente, la subida del precio del gas natural y del gasóleo, que encadenan meses de ascensos. 

El gas natural, prácticamente, ha cuadruplicado su precio en lo que va de año. A la menor producción y la caída de reservas, se suman diversos conflictos geoestratégicos, como el cierre del gasoducto del Magreb por la escalada de la tensión diplomática entre Argelia y Marruecos. Este suministro no sólo resulta clave para numerosas industrias, sino porque también cubre casi la cuarta parte de la demanda eléctrica. A todo ello se añaden los picos de consumo derivados de las condiciones climáticas, es decir, que el consumo se dispara cuando hace mucho frío o mucho calor. Frente a estos factores, desde la red de calor subrayan que las energías renovables ofrecen precios estables. "Esto conlleva tranquilidad en la gestión de la economía familiar", dicen al respecto, sin olvidar el cambio de conciencia hacia energías verdes y limpias. 

En el corto plazo, prevén un mayor crecimiento. "Son muchos los arandinos que todavía están empezando a sufrir las grandes subidas de los precios de los combustibles fósiles y que aún no lo están viendo reflejado en sus cuentas a través de derramas, que pronto ocurrirá", vaticinan desde Rebi. 

La central de biomasa que suministra a toda la red está ubicada en la calle Santander del polígono industrial Allendeduero y empezó a prestar servicio a la zona residencial más cercana, el Polígono, desde donde se cruzó la infraestructura hacia la avenida Castilla y la travesía de la N-122, para llegar hasta el centro deportivo Inacua. En el último año, el avance se ha dirigido hacia el Hospital de los Santos Reyes por la avenida Teresa de Jesús Jornet y hacia el río por la glorieta Rosales hasta llegar a la calle Miranda do Douro, justo antes de cruzar el río Duero, por lo que se encuentra implantada en toda la zona sur y oeste de Aranda. 

A la espera de las catas. Para que la red de calor se pueda seguir ampliando, la infraestructura de tuberías necesita atravesar el Duero, lo que se pretende hacer por el puente Bigar. No obstante, el Ayuntamiento está a la espera de los resultados que arrojen las catas que se realizaron hace más de un mes para valorar las deficiencias que sufre dicho puente. 

A las más de mil viviendas conectadas -una posibilidad a la que también se pueden acoger las comunidades de vecinos con calderas individuales-, se suman el Colegio Dominicas, la Residencia Río Duero, la Residencia Virgen de las Viñas o la piscina municipal.