El legado oral de la covid-19

P.V.
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El Museo Etnográfico de Castilla y León recoge testimonios de castellanos y leoneses a través de vídeos y audios para formar un archivo de la escala humana de la pandemia de la covid-19

Instalaciones del Museo Etnográfico de Castilla y León en la capital zamorana.

Confinamiento, pandemia, cuarentena, estado de alarma. Palabras que se han metido en nuestra casas y que nos han obligado a cambiar nuestras rutinas, costumbres sociales e incluso económicas. Una situación que jamás hubiéramos imaginado y que nos sitúa en un momento «muy importante» respecto a la situación global que estamos viviendo y que generará, más allá de lo sanitario, profundos cambios sociales y económicos. Conscientes de este momento histórico y «de que la etnografía se produce en directo», el Museo Etnográfico de Castilla y León (Mecyl), con sede en Zamora, ha puesto en marcha un proyecto para intentar recabar los testimonios de los castellanos y leoneses «a nivel sincrónico», es decir que las vivencias se produzcan al tiempo que se viven «para que hubiera menos afectación», como explica el director de este centro museístico, José Luis Calvo.

«La memoria juega buenas y malas pasadas, siempre está ahí, por lo que para la antropología nos interesa recoger los testimonios en directo», indica el responsable de este proyecto. Por este motivo, el Mecyl invierte el vector de acciones de los museos en tiempo de confinamiento y es el centro el que solicita a las personas los contenidos culturales, sus testimonios directos y coincidentes en el tiempo con la propagación de la covid-19.

El proyecto está abierto a todos los habitantes de la Comunidad, así como a todos aquellos castellanos y leones que les ha pillado la pandemia fuera por la cuestión que sea. De momento, como detalla Calvo, han obtenido la respuesta de mucha gente que va a participa en el mismo, pero «llegan a cuenta gotas», aunque confía en que se vayan animando y «comprueben el interés que puede tener agrupar un archivo muy plural porque eso lo va a enriquecer mucho».

Para conseguir una mayor participación, desde el museo se dieron cuenta de que «el vehículo» más popular era whatsapp, y para facilitar la inclusión de testimonios de todos se abrió la convocatoria para que la gente envíe tanto cortes de audio como de vídeo a un número de teléfono. Sin límite en la participación ni de tiempo, ya que de momento el plazo se mantiene abierto en función de la evolución de la pandemia, el objetivo es que sea un archivo polifónico, donde estén representadas todas las áreas de Castilla y León, todas las edades y condiciones socioeconómicas, puntualiza Calvo.

En concreto, se busca el testimonio que refleje las experiencias a las que las familias se enfrentan a diario, los sentimientos que afloran, cómo ha influido en nuestras visas, los temores y expectativas que tenemos y lo que debemos aprender de esta situación. «Cuando quedan registrados periodos de tiempo de relevancia histórica, normalmente quedan registradas las narraciones grandilocuentes de los historiadores, los grandes relatos, los titulares de la prensa, y se pierde la escala humana de lo que ha pasado que informa muchísimo de todo lo que pasa, porque ahí el discurso está lanzado a ras de suelo por personas normales», comenta José Luis Calvo, que añade que, por primera vez, las nuevas tecnologías nos permiten recabar este tipo de testimonio: «Siempre se nos pierde esa escala humana, ahora lo podemos hacer y dejar ese testimonio a la posteridad, el legado de la pandemia».

¿Qué opinan los castellanos y leoneses? De momento, de los 50 testimonios que han recogido hay gente «muy variada», que lo ha vivido trabajando en la sanidad, «centrándose sus relatos en las vivencias en los hospitales», gente que lo está pasando bastante mal y otros que lo están viviendo más a la ligera. También han recogido testimonios de paisanos de EEUU, Inglaterra e Italia.