40 años después, El Chispazo sigue al pie del cañón

Marta G. Cuéllar
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Durante estas fiestas serán 150 en la peña, que se formó a partir de dos cuadrillas que había en Salas de los Infantes, 'Los Makis' y 'Los Marvels'. En el año 79 empezaron siendo aproximadamente 37 chavales

40 años después, El Chispazo sigue al pie del cañón - Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz

La peña El Chispazo se formó a partir de dos cuadrillas que había en Salas, ‘Los Makis’ y ‘Los Marvels’. En el año 79 empezaron siendo aproximadamente 37 chavales, «y al año siguiente ya hubo una votación en la que se decidió si podían entrar chicas o no, y por amplia mayoría salió que si», explica César Martínez, uno de los miembros. 

Este año cumplen 40, y eso significa que, con tantos años de por medio, el número de miembros ha ido aumentando considerablemente, «tenemos niños que son hijos de la peña, que han nacido aquí y que siguen estando, incluso de directivos de la peña», explica Constantino Ruiz, «también significa que hay mucha gente en la peña que tiene la pila de años», apunta César.

Actualmente, aseguran no conocer el número de miembros, pero creen que este año llegarán a los 150. «Hay épocas en las que hemos sido casi 200, comíamos y cenábamos a turnos. Imagina cuántos huevos fritos hay que hacer para 200 personas», proseguía César.

 40 años después, El Chispazo sigue al pie del cañón
40 años después, El Chispazo sigue al pie del cañón - Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz

Cuando les preguntan por las cosas que hacen que les diferencian o les definen como peña ambos esbozan una sonrisa, «nos recorremos todo el pueblo con la charanga. Todo en mayúsculas». «Otra cosa que también hacemos con la charanga es que pasamos por las dos residencias de Salas, tocando música dentro para los ancianos. Y es impresionante», prosigue Cesar, «es una pasada lo de ir a felicitar y a animar a los señores, que te están esperando en la puerta para bailar un paso doble, pone los pelos de gallina». Constantino quiere añadir que intentan «como peña abrirnos a todo tipo de público que habita en Salas, a todo tipo de personas, tanto de un barrio como de otro». Los años no perdonan, y las fiestas van cambiando. Antaño, ‘El Chispazo’ hacía hasta 1.000 litros de zurracapote y también se acuerdan de las becerradas, «tenemos un elenco de matadores de la pera, el último fui yo. Dijeron: casi lo mata, vamos a dejar de hacerlo», cuenta César. «Casi lo mata la vaquilla a él», bromea Constantino. Entre risas, los miembros de la peña rememoran sus años jóvenes, y se preparan para cargar otras fiestas a sus espaldas.