El inicio del proceso de beatificación de Andrés Manjón, sacerdote nacido en Sargentes de la Lora (Burgos) en 1846, ha reabierto una herida latente en el pueblo gitano por culpa de uno de sus últimos libros, escrito en 1921 y donde se describe con crueldad una generalización de esta etnia que resultaría inadmisible hoy en día.

El padre Manjón, pedagogo y canonista que fundó las Escuelas del Ave María para ofrecer «una educación a los niños más pobres y marginados» y que tiene un colegio público a su nombre en Burgos capital, además de en otras muchas localidades del país, desarrolló buena parte de su labor en Granada.

Allí se ocupó de la educación de las capas más pobres y marginadas, y por eso fue el Arzobispado de la capital nazarí el que promovía su proceso de beatificación (paso previo a la canonización que lo haría santo) el pasado mes de noviembre. Según informaron entonces, el Papa Francisco autorizaba entonces a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto de virtudes heroicas del siervo de Dios Andrés Manjón y Manjón.

Sin embargo, para la Unión Romaní de España, la federación que agrupa a las asociaciones de esta etnia en todo el país, los calificativos que el religioso vertió sobre los gitanos invalida por completo ese presunto camino de santidad.

(Más información y los textos de la polémica, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)