El Salvador usó tapas de ataúdes para algunas incineraciones

SPC
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La Comisaría ya ha recibido las primeras diez denuncias de posibles afectados por la trama del cambio de féretros

La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, se reúne con el presidente de la Unión de Consumidores de Castilla y León (UCE), Prudencio Prieto, para abordar el caso IGNIS - Foto: Ical

El comisario jefe provincial de la Policía Nacional de Valladolid, Juan José Campesino, aseguró hoy que la empresa funeraria El Salvador utilizó féretros “incompletos”, como tapas de ataúdes, para incinerar algunos cadáveres. En otras ocasiones, apuntó que eran féretros normales, sobre todo si presentaban algún daño o estaban rayados, aunque también eran incinerados ataúdes de “malísima” calidad.

Tanto el mando policial como la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, negaron informaciones publicadas por algunos medios de comunicación en el marco de la Operación Ignis que hablaban de la posibilidad de haber utilizado palés de maderas, cajas de cartón o sábanas mortuorias. No en vano, precisaron que es “complicado” incinerar un cuerpo sin contar con un féretro o una superficie rígida. Entre otros motivos, porque el cuerpo se desplaza sobre una plataforma.

La delegada del Gobierno, quien hoy mantuvo una reunión con el presidente de la Unión de Consumidores de Castilla y León, Prudencio Prieto, confirmó que, de momento, ya se han registrado diez denuncias. Recordó que el Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid, que investiga las irregularidades en la actividad de la funeraria El Salvador, estima que 6.000 féretros fueron cambiados entre 1995 y 2015.

El comisario jefe aseveró que la Policía actuará de oficio en los casos en que no haya habido una denuncia, siempre y cuando encuentren documentación relacionado con la persona incinerada. Además, señaló que la investigación se circunscribe a esos 20 años pero también se estudiará si esta “mala praxis” tuvo lugar a partir de 2015 y hasta la actualidad.

Barcones reiteró el ‘modus operandi’ de la funeraria vallisoletana, liderado por los directivos de la empresa y algunos trabajadores, que realizaba presuntamente un cambio de los féretros antes de la incineración, al sustituir unos de calidad y de “alto nivel económico” por otros de menor calidad y más barato, con el fin de “revender” varias veces el más caro. “Queda muchísimo trabajo por delante para lograr esclarecer totalmente los hechos. Se trata de una investigación patrimonial muy compleja que va llevar tiempo porque, además, la funeraria no actuaba de la misma manera en todos los casos”, subrayó.