Hugo Camarero, dirección Arabia Saudí

ÁLVAR ORTEGA
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El recuperador físico Hugo Camarero, que formó parte de la exitosa expedición española del Mundial de 2010, anuncia su retorno al mundo del fútbol fichando por el Al-Nassr de Asia Occidental

Andrés Iniesta (derecha) corre junto al burgalés realizando un entrenamiento específico diferente al del resto de la plantilla. - Foto: RFEF

En la noche del 11 de julio de 2010, todas las personas aficionadas al fútbol de nuestro país (y también gran parte de las que no) estaban pegadas al televisor para presenciar una volea de Iniesta que se convertiría en la jugaba más icónica del este deporte en la historia de España. En la sombra, una persona se sentía más que partícipe de ese logro. Hugo Camarero, presente a pie de campo en calidad de recuperador físico, celebraba sabedor de que había trabajado desde el comienzo de la cita mundialista con el manchego debido a sus constantes problemas físicos. El esfuerzo de ambos dio como fruto un recuerdo imborrable en el imaginario de un país.

Un momento cumbre provocado por el buen hacer de un grupo de 44 personas entre las que se encontraba Hugo Camarero. El burgalés, formado en Palencia y Valladolid, y titulado por la Federación Española en ‘Dirección Deportiva’ y ‘Recuperación de lesiones’, fue pieza clave de aquel éxito, lo cual le abrió puertas como la del Málaga CF, equipo en el que estuvo hasta el año pasado.

Fue entonces cuando por motivos personales y familiares decidió apartarse del mundo laboral. Ese parón, unido a la pandemia, se ha alargado hasta este mes de noviembre. El preparador físico nacido en San Pedro de la Fuente ha alcanzado un acuerdo con el vigente campeón saudí, el Al-Nassr de Riad, capital del país.

Habitualmente los profesionales del apartado físico están unidos a los entrenadores, y el sino de los primeros depende directamente de los malos o buenos resultados cosechados por los técnicos. Sin embargo, el caso de Hugo Camarero es diferente. Su primera experiencia relacionada con el balompié fue de la mano del Racing de Santander en 2006. Miguel Ángel Portugal y su preparador físico Javier Miñano (un habitual de Del Bosque) le buscaron un hueco en el histórico club cántabro, y su aporte fue tal que su estancia se alargó las dos siguientes temporadas.

Ya en el año 2009, el propio Miñano se percató de que en la Copa Federaciones los jugadores de la Selección Española no tenían detrás un equipo de recuperación física en condiciones. Entonces llamaron al burgalés. Tras el éxito de ‘la roja’ en Sudáfrica, Camarero continuó en su puesto hasta la llegada de Julen Lopetegui, con el que coincidió apenas en un par de concentraciones antes de centrarse en su papel en el club malagueño. Vicente del Bosque dimitió en 2016, por lo que Camarero no pudo unir su carrera deportiva por más tiempo a la del ‘marqués’.

El principal valedor de Hugo Camarero para haber hecho las maletas hacia tierras lejanas ha sido Nordin Amrabat. El exjugador del Málaga y el preparador físico hicieron buenas migas en tierras andaluzas, y es por ello que este primero, ahora en la disciplina del Al-Nassr, haya recomendado su figura para impulsar a uno de los clubes más potentes de todo el país.

Especialmente complicado está siendo el comienzo de temporada liguera del equipo. Las dos derrotas iniciales del cuadro dirigido por el portugués Rui Vitória suponen el peor inicio de su historia en la competición doméstica, aunque en la plantilla hay jugadores sobradamente capacitados para dar la vuelta a la situación. «Existe una plantilla mixta con algunos nombres de talla mundial», comenta Camarero en referencia a Maicon (exjugador del Inter de Milán), Ahmed Musa (exjugador del CSKA Moscú) o el propio Amrabat, aunque también es consciente de que existe otro perfil de futbolistas: «Los jugadores locales se lo toman de otra manera, no entienden el fútbol y el esfuerzo que conlleva como un trabajo», confiesa.

El que fuera campeón mundial con la Selección Española hace una década comienza a formar parte de los entrenamientos con su nuevo equipo. Una nueva aventura en la que el idioma no parece un problema: «Aquí hablan mayoritariamente inglés para comunicarse, e incluso algunos jugadores entienden perfectamente nuestra lengua», apunta Camarero, que ya sabe cómo lidiar contra esta barrera comunicativa tras su experiencia en Málaga, donde «traté con unas quince nacionalidades diferentes», añade.

Tras tocar el cielo con la Selección y superar retos profesionales de alta cota en Málaga, ahora Hugo Camarero vuelve a formar parte de un proyecto que, aunque «caótico y diferente» por su cultura tan dispar a la nuestra, aspira a «objetivos máximos». Ahora el Al-Nasr dispone de un hombre que, en la sombra, es capaz de maximizar el rendimiento deportivo hasta alcanzar el éxito.