La reapertura del Tren Directo Madrid-Aranda-Burgos opta a los fondos europeos para la recuperación, pero -por ahora- no lo hará como un Corredor Central que vertebre la Península Ibérica uniendo los puertos marítimos de Algeciras, Bilbao ySantander por la línea recta, sino como un tramo ferroviario de apenas 90 kilómetros que una la capital de España con la Sierra Madrileña. Al otro lado del túnel de Somosierra, que cumple su décimo aniversario de clausura tras el derrumbe de su bóveda, ha tenido que ser la Cámara de Comercio de Burgos la que reúna de urgencia a PPy PSOEy ponga toda la maquinaria diplomática y administrativa en marcha para intentar recuperar la conexión entre Burgos y Madrid con los fondos aportados desde Europa. Se inicia así una carrera contrarreloj en la que está en juego el futuro de Burgos como eje logístico clave en el norte peninsular.
Esta es la realidad a día de hoy del Directo, una vieja reivindicación que ha vuelto a la actualidad tras la confirmación de que el Gobierno de España parece no ver por ningún lado los beneficios de la línea recta y opta por unir -comprometiendo una inversión millonaria- Algeciras y Bilbao a través de Zaragoza, capital que se consolidaría como el nudo logístico ferroviario del norte peninsular en detrimento de Burgos y del resto de Castilla y León y de su futuro industrial.
En verdad, esa línea recta solo existe hoy en el mapa. Un muro de ladrillo gris cierra las bocas sur y norte del túnel de Somosierra ocultando sus derrumbes y su creciente inundación. A uno y otro lado de la Sierra, así como en varias de las estaciones que jalonan el trazado ferroviario se han retirado parte de las vías y la vegetación cubre todos los tramos sin uso desde hace una década, desde principios de marzo de 2011. Los 9 millones de euros destinados al mantenimiento del Directo solo se emplearon en el único trazado en uso, el de Aranda-Burgos, que acoge un tráfico diario de bobinas de acero.
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