El riesgo de desprendimientos cierra la iglesia de Santibáñez

P.C.P.
-

La alcaldesa alertó al Arzobispado de que los problemas en las bóvedas se habían agravado y tras una visita el viernes, se ha decidido suspender el culto e informar la Junta de la urgencia de la intervención

Santibáñez Zarzaguda se articula en torno a su imponente templo. - Foto: Patricia

La Diócesis de Burgos ha tomado la decisión de clausurar la iglesia  de Santibáñez Zarzaguda al culto ante el riesgo cada vez mayor de desprendimientos debido a las grietas que se están abriendo en las bóvedas de sus tres naves, una de las más grandes precisamente sobre el altar, donde se sitúa el sacerdote para oficiar la misa. La alcaldesa alertó del evidente deterioro y tras una visita del párroco y el delegado de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, se ha elaborado un informe que ha motivado la orden de la Vicaría General.

Las celebraciones religiosas se trasladarán mientras tanto a una de las dos ermitas del municipio, con capacidad para un centenar de feligreses. No obstante, habrá que ver si resulta necesario introducir cambios en el programa de Semana Santa, sobre todo por el tamaño de los pasos procesionales. 

«No corre un peligro inminente de ruina pero sí necesita una obra urgentísima en algún elemento», apunta Álvarez Quevedo, que no tiene reparos en calificar el problema de «muy serio» y reconocer que para solucionarlo en su totalidad será necesaria una intervención muy costosa, que podría rondar el medio millón de euros, debido a que se trata de un edificio de enormes dimensiones, con tres naves de una gran altura. 

La alcaldesa, María del Amor Andrade, confirma que hace tiempo que perciben cómo cae «tierrecilla y algunos trozos de piedras», pero que en los últimos meses, probablemente como consecuencia del calor y la falta de humedad, se han abierto nuevas grietas. Al parecer, el problema se localiza en los cinchos de hormigón que hace unos 50 años se añadieron a las bóvedas, en vez de coserlas, unos elementos de gran peso que han terminado por provocar precisamente lo que buscaban evitar. Por si fuera poco, la cubierta se apoya sobre algunos de ellos y se cambió hace relativamente poco tiempo, unos 20 0 25 años. Para acometer esta obra, podría ser necesario levantarla de nuevo, aunque es una de las muchas decisiones que tendrán que tomar los arquitectos (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy jueves o aquí)

ARCHIVADO EN: Burgos