Presupuestos y ayudas por la covid, grandes retos de Aranda

L.Núñez
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La capital ribereña afronta un año de visibilidad gracias a su distinción como Ciudad Europea del Vino y en el que los empresarios confían en una recuperación dos años antes de las estimaciones nacionales

Presupuestos y ayudas por la covid, grandes retos de Aranda

Año nuevo, retos nuevos. 2020 fue sinónimo de destrucción. 2021 podría serlo de construcción... o de reconstrucción. En ese ejercicio de reparación a múltiples niveles, Aranda de Duero tiene numerosas tareas por delante.

 

Si en algo coinciden grupos políticos y colectivos empresariales es en la urgencia de aprobar los presupuestos, tras pasar 2020 con una prórroga. Cuentas que incluirán partidas notorias con ayudas para superar la crisis provocada por la covid. Ya lo dijo el portavoz municipal, Emilio Berzosa, en una entrevista con este periódico: "Será un año muy complicado. Habrá que articular medidas extra", entre otros sectores, para hostelería y comercio, como los Arandabonos, que contarán con 400.000 euros.

 

A ello se sumará una mesa de reconstrucción, que deberá echar a andar a mediados de enero, y que está llamada a sentar las bases de la reconstrucción económica y social del municipio. Un proyecto para exprimir al máximo el potencial de Aranda como tercer polo industrial de Castilla y León y con la mirada puesta en atraer empresas. En definitiva, vitalidad ante una coyuntura crítica. Acción tras la perplejidad y el shock iniciales.

 

Sin salir del terreno económico, en la rama empresarial, 2021 será un año clave para GSK, cuya vacuna contra la covid está previsto que esté disponible para la población en el segundo semestre. El tratamiento que esta farmacéutica, con sede en Aranda, desarrolla con Sanofi se encuentra actualmente en la fase I/II de desarrollo clínico y, si los resultados de esta etapa son favorables "se avanzará a la fase III en breve", tal como anunció Ana Hernando Monge, directora de Relaciones Institucionales del Área de Vacunas de GSK España.

 

Por el contrario, Pascual arranca con nubarrones tras presentar un procedimiento de despido colectivo para 200 trabajadores a mediados de diciembre. Por ahora se desconoce cómo afectará esta decisión a la planta ribereña, que cuenta con unos 900 empleados y que en 2019 registró unas ventas superiores a 632 millones de euros. Fuentes de la compañía aseguran que la decisión fue comunicada a los representantes de los trabajadores y a los propios empleados con objeto de iniciar las conversaciones para "alcanzar un acuerdo que satisfaga los intereses de todas las partes".

 

Mientras en Michelin dan prácticamente por olvidado el ERTE de 2020. Fuentes de Comisiones Obreras apuntan que todos los trabajadores se reincorporaron y que su producción se sitúa en un nivel similar a antes de la covid. No obstante, prefieren no lanzar las campanas al vuelo y guardan cierta cautela a la espera de cómo evolucione la situación epidemiológica.

 

A nivel social, buena parte de las miradas se dirigen hacia la construcción del nuevo hospital comarcal, al que se ha adjudicado una partida de 967.000 euros en los presupuestos regionales y que una vez terminado el proyecto básico, se ha abierto un plazo de siete meses para el de ejecución. La Junta de Castilla y León no planea acabarlo hasta el año 2026.

 

Oportunidad "inmejorable". Uno de los grandes escaparates promocionales para Aranda llegará con su papel como Ciudad Europa del Vino. Bodegas como Prado Rey o Balbás califican esta distinción como una "oportunidad inmejorable para que la gente nos ubique a nivel mundial y también para poner en valor nuestro patrimonio".

 

La cultura arandina no se entiende sin Sonorama Ribera, que ya trabaja en dos tipos distintos de festival para adaptarse a las circunstancias, aunque con un horizonte más claro por la vacuna. No obstante, estos son solo los grandes nombres de una ciudad cuyo progreso también se sustenta en un sinfín de historias anónimas.