Hoy se subastan las puertas del retablo de Santa Ana, que data del año 1503, de la iglesia de San Nicolás de Bari en Sinovas. Están catalogadas como piezas excepcionales. Los expertos las definen como un tesoro artístico, además del broche perfecto tras la restauración de un templo que fue declarado monumento nacional en 1964. Ahora bien, ¿volverán a Sinovas? ¿Regresarán a su lugar de origen? 

Tal vez, para hallar respuesta a esta pregunta habría que formular otra cuestión:¿existe una voluntad real de que las puertas emprendan el camino de vuelta hasta el barrio arandino? A juzgar por la actitud y los hechos de quienes tienen en su mano esta opción, más bien podría decirse que brilla por su ausencia. La subasta del año pasado quedó desierta y la de este, veremos. 

No obstante, al margen de las pujas, ha pasado todo un año sin apenas gestos (más allá de los meramente protocolarios). Dicen algunos políticos locales que el patrimonio no debería estar disperso, que sus esfuerzos son incontables... Dicen, sí. Pero, ¿en qué se traducen esas palabras? ¿No creen que el Ayuntamiento de Aranda bien podría hacer un esfuerzo?Las puertas tienen un precio de salida de 75.000 euros. Teniendo en cuenta que los remanentes han rondado los cinco millones para inversiones...

O tal vez, en el Consistorio podrían pensar en dar carpetazo al polémico proyecto de 'pintar' el Duero de rojo. Aplacarían cierto malestar ciudadano y se anotarían un tanto con la recuperación de estas puertas. Basta ya de tantos peros, de tantos «es que no da tiempo». Claro que en diez días no da tiempo a hacer un informe, llevarlo a comisión y a un pleno extraordinario (aunque en verano hemos vivido varios). ¿Tampoco en todo este año ha habido tiempo para intentarlo? ¿Y en lo que viene a partir de ahora? Menos mal que el principal partido de la oposición estaba a favor de pujar por estas piezas...